Protestas azul Prusia: Gallagher en el Botín
El centro de exposiciones santanderino inauguró la semana pasada la primera exposición en nuestro país dedicada a Ellen Gallagher en colaboración con Edgar Cleijne. Los comisarios, Bárbara Rodríguez –Centro Botín– y Benjamin Weil –Fundaçao Calouste Gulbenkian– han seleccionado tres instalaciones y varias series de obra gráfica y pintura que reflejan el trabajo de la artista durante los últimos 20 años. Se podrá visitar hasta el 11 de septiembre.
A law… a blueprint… a scale –Una ley… un plano… una escala– es la primera exposición del trabajo de Ellen Gallagher en nuestro país. Tiene como sede el Centro Botín de Santander y como comisarios a Bárbara Rodríguez Muñoz, directora de exposiciones y de la colección de la institución, y a Benjamin Weil, director del centro de arte moderno Fundaçao Calouste Gulbenkian.
La muestra gira en torno a la producción de Gallagher durante los últimos 20 años y a la colaboración con su marido, Edgar Cleijne, desde 2004. Resulta complicado acotar los campos de interés de la pareja, que parecen ser un reflejo de las caleidoscópicas luchas sociales actuales. Pinturas, dibujos, acuarelas y tres instalaciones fílmicas recorren reivindicaciones de género, raza y ecología.
El recorrido se ha dividido en tres espacios interiores más tradicionales y en uno exterior menos convencional. Este último se sitúa bajo el edificio diseñado por Renzo Piano y es una de las tres instalaciones adiovisuales.
Una caja negra contiene Osedax, cuyo nombre hace referencia directa a los carroñeros del fondo marino que dan buena cuenta de, entre otros restos, los esqueletos de las ballenas que se desploman al morir.
El tema se suma a la localización, a pocos metros del Atlántico, y gana la competencia entre significados. El mar, su ecosistema, su simbolismo, parecen encapsular el resto de reflexiones a las que se nos invita.
Ese mismo nexo se aprecia en Highway Gothic, la colaboración más reciente–2018– de Gallagher y Cleijne. Varias lonas cuelgan del techo y se mezclan con cajas de luz y proyecciones. La música inunda la sala (algo que tienen en común las tres instalaciones). El proyecto hace referencia a la construcción de la carretera interestatal 10, que atraviesa el Delta del Mississippi –uno de los ecosistemas más ricos del sur de Estados Unidos– y bordea Nueva Orleans.
En todas las imágenes aquí recopiladas se ha utilizado un método de revelado fotográfico llamado cianotipia. Mediante unos pocos reactivos el positivado da como resultado una imagen monocroma en la que un profundo azul de Prusia es la única variación respecto al blanco. Este procedimiento es uno de los predilectos de la pareja, quienes impartirán un curso sobre la técnica durante el verano.
Otra sala aloja las obras sobre papel. Formas orgánicas en colores fríos evocan la flora y fauna marinas. De una de las paredes cuelgan 60 pequeños prints, el conjunto se titula DeLuxe y formó parte de la exposición en el Museo Whitney de Gallagher. Se trata en su mayoría de intervenciones sobre publicidades de productos para cabello afro. El pelo, su presentación y cuidado, en el caso de la población afroamericana es un punto clave dentro de el activismo a favor de la integración racial.
Esta referencia nos lleva a la última sala, en la que otra «caja audiovisual», Better Dimension, se sitúa en el centro con versos de Sun Ra –de quien se ha tomado prestado el título de la muestra– y citas a los discursos de Malcom X. A su alrededor se distribuye la serie Black Paintings, en las que formas relacionadas con la estética Disco se pierden por el brillo de la superficie. Solo ligeras variaciones en la textura nos permiten adivinar las referencias cuando paseamos a su alrededor.
Según explicaron los comisarios, esos grandes lienzos pretenden también recontextualizar la realidad –blanca y masculina– de la abstracción americana del siglo XX.
En definitiva, se trata de un viaje por la producción de Gallagher pero que ha sido ideado específicamente para el Centro Botín. «Es un site specific aunque con obra ya existente, se ha trabajado intensamente para encontrar el equilibrio con el mar y el edificio de Piano» declaró Bárbara Rodríguez. Se podrá visitar hasta el 11 de septiembre. Héctor San José.