Los 8.500 euros pagados por la salida de este “Cristo crucificado” (727) de la Escuela hispano-filipina del siglo XVII, fue la cifra más alta de todas las artes decorativas y con diferencia. Una estupenda talla en marfil que conservaba su policromía original, sobre una cruz de palosanto con fileteado de boj y remates en marfil. Lo que sigue confirmando el buen tirón que tienen este tipo de obras, entre los coleccionistas más especializados. Las otras ventas en escultura fueron el 728 y el 729, el primero un relieve en madera policromada representando a una “Santa mártir”, perteneciente a la Escuela española de finales del s. XVII. Y el segundo una “Inmaculada” de 73 cm de altura, en madera tallada y policromada de la Escuela castellana de mediados del siglo XVII. Adjudicándose ambas por los 950 y 1.000 euros de su tasación inicial.
El otro de los apartados destacados fue el arte oriental, gracias fundamentalmente a la venta del 783, por 2.750 euros, la segunda cifra más alta y una de las pocas que lograron subir respecto a su estimación de partida. Se trataba de una jarra china en plata cincelada de finales del s. XVIII y principios del XIX, con el asa en forma de dragón, en la que llamaba la atención su decoración con medallones de jade, y aplicaciones de corales y turquesas en forma de cabujón. Otra de las piezas que consiguieron un buen resultado fue el 839, una bandeja en porcelana del s. XVIII, con motivos de personajes orientales en azul sobre fondo blanco. Dando por ella los 1.250 euros en que comenzó. Algo más subió el 834, una figura de dignatario en porcelana china de finales del s. XIX, pasando de 250 a 550 euros en que se remató.
Del resto, lo más relevante fue, la venta de la pareja de candelabros imperio del s. XIX (799), en bronce patinado y dorado, con cinco brazos de luz curvos en forma de roleos vegetales por la salida de 1.000 euros. Y los 300 euros que dieron por la benditera en plata cordobesa del s. XIX (777). En filigrana de plata, decorada con un relicario anterior de finales del s. XVII o principios del s. XVIII, con el santo Rostro de Jaén. Mariano Santos @AntgOln