70.000 euros por el María Blanchard en Segre
Las siete compras del Estado y las ventas de obras de Soledad Sevilla, Lucio Muñoz y Dokoupil marcaron la cita de ayer
Reconozco mi sorpresa. Se subastó en Segre el lienzo casi diría que inacabado, de la santanderina María Blanchard (1881-1932), Joven sentada a una mesa delante de una taza, 1931/2 (O/L, 73 x 60 cm; lote 302), publicada por Liliane Caffin en su monografía (vol. I, 1986, pág. 36), y por María José Salazar en su catálogo razonado (2013, nº 332, págs. 306-307), pero no hubo puja alguna, de ningún coleccionista que quisiera ofrecer los 58.000 euros pedidos. Qué pena, pensé, aunque relativamente lógico dadas las circunstancias actuales… Pero cuál no sería mi sorpresa cuando, minutos después, se interrumpió la subasta para anunciar en la sala que el cuadro había sido vendido al coleccionista con el que no se había podido contactar previamente, dispuesto a pagar los 69.930 euros finales, sumada ya la comisión de la sala y los impuestos. Y veo en ello, además, una particular capacidad de Segre –demostrada a lo largo de todos estos años- para vender obras de cierta importancia, a una clientela diferente, vinculada más a la calidad de la obra que al nombre de la misma, por decirlo de alguna manera.
El siglo XX, especialidad de la casa, obtuvo otros remates, que comentamos brevemente. Brilló con luz propia el grandioso díptico de Soledad Sevilla, Centro de gravedad, 2004 (O/L, 200 x 400 cm; 394), adjudicado por los 30.000 euros pedidos; interesante, sin duda, porque no son tiempos fáciles para la venta este tipo de piezas, ni por la temática –alejada ya en esos años de sus inicios matemáticos y sistemáticos, pero llena de lirismo- ni por el tamaño. Algo similar sucedió con Punto guad, 1986 (146 x 114 cm; 330), de Lucio Muñoz, una pieza a base de óleo y collage de papeles sobre tabla, procedente de la galería Yerba de Murcia; aunque estuvo presente en la muestra del MNCARS de 1988, los 19.000 euros que se pedían podían parecer arriesgados, dada la irregularidad de sus últimos años en el mercado, pero finalmente un coleccionista pujó por la obra y, sin oposición alguna, se la adjudicó. Buena compra también, sin duda. Y la tercera destacada fue la subida, del lienzo de Giri George Dokoupil, Sin título, 1989 (A/L, 90 x 104,5 cm; 420), procedente de la galería Leyendecker de Santa Cruz de Tenerife, de 6.500 a 14.000 euros.
Menores ya, aunque dignos de mención por nuestra parte: los 9.000 euros ofrecidos, los pedidos, por Pintura blanca, 1971 (óleo sobre madera, 140 x 110 x 10 cm; 310), magnífico ejemplo de la simplificación de la obra de Gerardo Rueda; la espectacular subida de 950 a 8.000 euros de Anillo de boda (borrador), 1976 (O/L, 161,5 x 129,5 cm; 314), de Eduardo Sanz; y los 9.000 euros finales de Vendimia, 1974 (O/L, 76 x 52 cm; 277) del filipino Federico Aguilar Alcuaz.
En la sección de grabados, debemos mencionar sí o sí, los 10.000 euros ofrecidos por Seated figure (after Study for a portrait, 1981), 1983 (aguafuerte y aguatinta, V/XCIX, 101,5 x 71 cm; 494), de Francis Bacon; los 6.500 por Sin título, 1993 (litografía, AP II de una edición de 50 ejemplares, 118,5 x 76,5 cm; 515) de Sam Francis; y los 4.200 euros de El (Serie El billar), 1978 (serigrafía sobre cartulina, 56/75, 54 x 72 cm; 532), de Equipo Crónica, que se ofrecía por apenas 1.200 euros.
Aunque algunas de las obras que hemos mencionado ahora por su destacada venta habían sido citadas en nuestro artículo de previos (ver), sugeríamos más bien una oferta atractiva para las compras del Estado, que se demostró cierta pero con diferencias. La compra más destacada fue la de las tres acuarelas de Benjamín Palencia con texto de Rafael Alberti, primeros pasos del proyecto La pájara pinta, de 1926, que debía unir al músico Óscar Esplá, que finalmente fue sustituido por Federico Elizalde, y se estrenó en 1932 (lote 286). El Estado ejerció su derecho y se le adjudicó por los 5.000 euros en que se ofrecía; parecía lógico pensar, en este sentido, que iría a parar a la Residencia de Estudiantes, como así nos han confirmado ya… No compró, en cambio, el atractivo y colorista Estudio de peces, c. 1927/8 (32 x 32 cm; lote 304) del canario Néstor, Néstor Martín Fernández de la Torre; insertado en su magna obra El poema de los elementos, subió de 5.500 a 6.000 euros finales, adjudicados a un coleccionista que había dejado previamente su puja por escrito.
Sí compró, cuatro de los dibujos de Genaro Pérez Villaamil, sencillas composiciones a lápiz de lugares de cierta importancia: Azpeitia. Guipúzcoa (30 x 40 cm; 104), fechado el 4 de septiembre de 1844 y procedente del cuarto cuaderno del artista, por 400 euros; Colegiata de Villafranca del Bierzo (30,3 x 39,8 cm; 105), del octavo cuaderno, por 600 euros; Castillo de Ponferrada (30,3 x 39,8 cm; 106), del 7 de septiembre de 1890 y procedente del séptimo cuaderno, por 600 euros; y Relieves de Bigarny de la girola, catedral de Burgos (32 x 45 cm; 107), por 500 euros. Y compró también dos dibujos absolutamente menores, pero que deben tener su interés: Niñas (carboncillo, 20 x 26 cm; 61) del madrileño Francisco Javier Ortego y Vereda, por los 240 euros pedidos, y Estudio de árbol (17 x 28 cm; 52), de Rosario Weiss, que subió de 250 a 420 euros. Todo ello irá a parar al Museo del Romanticismo, por cierto. Y ya que estamos en pleno siglo XIX, mencionemos de buen grado la subida esperada de la Academia masculina (O/L, 82,5 x 64,5 cm; 199), con sello de la testamentaría de Eduardo Rosales, de 3.000 a 8.000 euros.
Y terminamos con las ventas de maestros antiguos. Despertó un especial interés el San Lorenzo (O/L, 146,5 x 105 cm; 149), de Antonio González Velázquez; dada a conocer por José Manuel Arnáiz, quien lo consideró pareja del San Esteban y, por tanto, parte de la decoración del Hospital de san Carlos (hoy MNCARS) encargado por Carlos III (Madrid, 1999, pág. 177, nº 81), subió de 7.000 a 10.000 euros, adjudicados a una puja previa que un coleccionista había dejado por escrito. Poco antes, la versión de Las tres edades del hombre (O/L, 108 x 162 cm; 144), atribuida por la sala a Giovanni Bernardo Carbone, versionando el original de Van Dyck del Museo Cívico de Vicenza de 1625 (ver), se había adjudicado por los 10.000 euros que se pedían. Y a 8.000 euros subió también la tabla de la Virgen con Niño (O/T, 95,5 x 72 cm; 140), de un seguidor de Jan Gossaert, durante la segunda mitad del siglo XVI. Daniel Díaz @Invertirenarte