Concurrida licitación con abundantes ventas, especialmente en la sección de monedas y juguetes; en pintura, destacó el remate del bodegón del círculo de Fieravino y el lienzo de Vázquez Díaz.
El soberbio aguafuerte con aguatinta y carborundum de Antoni Tàpies salía a pujas como una Composición abstracta (31/99; 94 x 127 cm; 228) por apenas 1.500 euros. Y sólo los buenos coleccionistas de grabados del catalán sabían que se trataba de una de las piezas más interesantes por calidad gráfica en la amplia producción del artista. En 1985 realizó una serie de aguafuertes de grandes dimensiones con los tres colores fundamentales: rojo, negro y el blanco del papel, bajo el título de Roig i Negre. Éste, Roig i Negre V (Galfetti 1024; expuesto, por cierto, en 1986 en la Chicago International Art Show), pertenece a esa serie, que suele alcanzar en subasta unas cifras bastante más altas (en galería lo he visto ofrecido por $27,500; otra cosa es que se venda, claro); y así, no fue en absoluto extraño que subiese lentamente, por pujadores en sala y al teléfono, hasta los 5.500 euros que, con comisiones e impuestos ya incluidos, queda finalmente en 6.600 euros, un precio muy bueno. Pero el resto de los remates de los grabados fueron menores: de Juan Barjola, su Tauromaquia (litografía, 92/100, 70 x 101 cm; 229) se adjudicó por los 500 euros de la salida…
En pintura antigua, un par de gratas sorpresas. La primera, sin duda, la venta por 9.000 euros –lejos de los 6.000 euros de la salida-, del bodegón Sentidos y fortunas (O/L, 144 x 220 cm; 167) que salía, con deterioros, como del círculo de Francisco Fieravino, pero que todo parece indicar que se debe más bien a la mano de Antonio Tibaldi…
Interesante también fue la puja por el Retrato de caballero (O/L, 133 x 98 cm; 134) de Escuela española del siglo XVII; de 400 pasó en pocos segundos nada menos que a 3.000 euros, dada su relativa calidad, intuida por más de uno; en menor medida, sucedió algo similar con el Retrato de dama (O/L, 132 x 97 cm; 143) de Escuela española antigua, que pasó de 200 a 1.100 euros. El Retrato de David Hume (O/L, 77 x 63 cm; 169) de un seguidor de Thomas Gainsborough también encontró comprador, esta vez por los 1.700 euros de la salida.
Del final del siglo XIX y comienzos del XX, plagado de regionalismos, varias ventas también. Como era de esperar, el Acantilado de La Pedriza (O/L, 63 x 47 cm; 193) de Daniel Vázquez Díaz subió de 1.800 a 4.750 euros; era un lienzo menor, estudio sin duda de color y de planos, pero no deja de ser una obra de cierta entidad ya y de la mano de un pintor de gran calidad, aunque los tiempos que corran no reconozca en demasía su verdadera valía (el tiempo lo volverá a poner en su sitio, no hay duda). No se vendió, en cambio, la Pelea de gallos (O/L, 65 x 93 cm; 192 bis) de Enrique Atalaya, que se ofrecía por 5.500 euros.
La gruta de las sirenas (Tm/papel, 18 x 25,5 cm; 198) fechado en 1945 por George Wynne Apperley –artista que pintó muy frecuentemente Granada y otros temas andaluces y orientalistas-, pasó de 1.000 a 1.900 euros; no está en absoluto nada mal para un papel de ese tamaño, hay que recordar. Del gaditano Francisco Hohenleiter, Majos junto a la ermita (O/L, 40 x 50 cm), que ya había salido en un par de ocasiones, se vendió por 2.250 euros. Maniobras militares (O/L, 61 x 99 cm; 182) del sevillano Enrique Gómez Martín, que seguía la senda de José Cusachs aunque mucho más torpemente, se vendió por los 2.500 euros de la salida. Y Oración ante la ermita (O/L, 98 x 131 cm; 174) de Emilio Poy Dalmau subió también, a pesar de su estado, con evidentes deterioros, de 1.200 a 2.000 euros, el mismo precio pagado por Junto al camino (O/L, 130 x 71 cm; 175) de Ángel Lizcano. Lamentablemente, tampoco esta vez se encontró comprador que quisiera llevarse el gran lienzo con el Final de la jornada de caza (O/L, 180 x 340 cm; 181) de Gonzalo Bilbao, fechado en 1900; los 16.000 euros siguen siendo un precio alto.
De la segunda mitad del siglo, hay que destacar la venta de la acuarela de René Portocarrero, Flora, 1970 (72 x 50 cm; 188), adquirido directamente al artista en Cuba, por 2.750 euros. Y de nuestro territorio nacional, algunas confirmaciones y otras sorpresas. Barcos (de la serie Cementerios marinos) (O/táblex, 90 x 122 cm; 199) de Urbano Lugrís Vadillo, el hijo del buscado y reconocido gallego Urbano Lugrís, subió de 1.200 a 3.250 euros. En esta línea similar, sorprendió la subida del retrato de Macarena Albanchez (muy ilusionada) (O/L, 55 x 46,5 cm; 205) de Agustín Úbeda, de 1.000 a 1.500 euros.
Se confirmó la calidad de Luis Caruncho, cuyo Desarrollo geométrico para un espacio lúdico, 1987 (A/papel, 60 x 60 cm; 206) pasó de 500 a nada menos que 1.100 euros, por un papel… De Patricia Gadea, se ofrecía un interesante collage sobre lienzo de una ilustración que mostraba a madre e hija con cacerola y sartén y cuyos rostros habían sido garabateados llamado Sin título (Tm/L, 100 x 81 cm) y fechado en 1994; pasó de 180 a 700 euros en lo que debe considerarse una buena compra, sin duda.
No hubo interesados en el papel Unidad I, 1988 (56,5 x 48,5 cm; 207) de Pello Irazu que se ofrecía por 600 euros. Pero sí obtuvieron buenas ventas, como habíamos comentado, los dibujos a carboncillo de Gerardo Pita: Tronco en la playa (43,5 x 61 cm; 5) subió de 150 a 500 euros, mientras Panes (63 x 47,5 cm; 74) se adjudicó por 275 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte