25 obras incautadas durante la Guerra Civil, en el Museo del Prado
La pinacoteca ha hecho público un listado de piezas incautadas en el conflicto armado y procedentes de la Comisaría General de Patrimonio Artístico Nacional. También ha anunciado la creación de un equipo de investigación liderado por el catedrático Arturo Colorado, experto en patrimonio y Guerra Civil, para el estudio de estos y otros posibles casos similares. Las conclusiones alcanzadas se publicarán a comienzos de 2023.
El Museo del Prado ha publicado una lista con 25 obras –23 pinturas, un frutero y un reloj– de sus fondos incautadas durante la Guerra Civil. Tal y como ha declarado la pinacoteca, esta información, las fotografías y las fichas técnicas de 22 de ellas ya eran accesibles desde el Sistema de Acceso a las Colecciones de su página web. Solo tres no están publicadas a causa de su estado de conservación.
Todas ellas se pueden rastrear hasta la Comisaría General del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional. Este organismo fue creado por el gobierno franquista en 1938 y se dividía en dos secciones: «Servicio de Defensa, para la reparación, conservación y reonstrucción de obras histórico-artísticas, y el Servicio de Recuperación, para la devolución de bienes histórico-artísticos».
Según el informe provisional que ha acompañado el anuncio, la Comisaría General probablemente se hizo cargo de las obras incautadas por la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico (creada en 1936 por el gobierno republicano). La documentación atestigua el depósito en el Museo del Prado de 17 de ellas entre 1940 y 1942.
El resto, también depositadas por la Comisaría General, pasaron en primer lugar por otras instituciones como el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Contemporáneo o el Museo Reina Sofía, antes de acabar definitivamente en el Prado.
El mismo informe menciona otro buen número de piezas llegadas al museo de manera similar, hasta sumar un total de 62.
Por un lado, se mencionan dos pinturas depositadas por la Junta de Incautación, pero no relacionadas con la Comisaría General, procedentes de la iglesia parroquial de Yepes entregadas al museo como compensación por «salvar el resto de las pinturas procedentes de la iglesia»: una Santa Mónica y una María Magdalena de Luis Tristán.
Además, también se suman otras 11 pinturas depositadas entre 1936 y 1939 por la Junta Delegada de Incautación del Tesoro Artístico en el Prado o en el Museo de Arte Moderno con procedencias como la Colección Lázaro Galdiano, el Monasterio de la Encarnación, la Colección Adanero y posiblemente la colección de Pedro Rico.
Por último, se cuentan 26 pinturas –según el informe «muy deterioradas»– depositadas en fecha desconocida por la Junta Delegada.
Al mismo tiempo, el Prado ha anunciado la creación de un equipo de investigación dirigido por el catedrático y profesor emérito Arturo Colorado Castellary, experto en patrimonio y Guerra Civil. Tal y como indican sus últimos estudios «esta cifra inicial podría ser mayor».
De nuevo, según el comunicado del museo: «El objetivo es aclarar cualquier duda que pudiera existir sobre los antecedentes y el contexto previos a que se produjera su entrada en las colecciones del Prado y, llegado el caso y cumpliendo todos los requisitos legales, proceder a su devolución a sus legítimos dueños». Los resultados del estudio se darán a conocer a comienzos de 2023.
Este anuncio se ha hecho tras el precedente creado en nuestro país el pasado 2 de septiembre con la devolución de dos pinturas confiscadas durante la Guerra Civil a la familia De la Sota. Además, se suma al clima internacional de aceptación de restituciones de obras sustraídas sin el consentimiento de sus propietarios. Héctor San José.