La sala madrileña cierra la temporada con ventas que superan los 400.000 euros donde destacaron los óleos de Evaristo Valle, Martínez Tarrassó y López Mezquita, las esculturas de Chirino y las ventas internacionales de Szyszlo, Carreño y Dokoupil
A pesar de la maratoniana cita y del calor verdaderamente terrible que hacía en la sala, las ventas no se resistieron y poco a poco fueron fluyendo, lenta pero continuamente.
En el mercado internacional destacaba la obra de Carlos Cruz Díez (1923), Physichromie nº 975, 1978 (101 x 101 x 4 cm; lote 62); gracias a su perfectamente aplicada pintura acrílica sobre láminas de plexiglás pegadas a la estructura de aluminio, cada visión aporta algo diferente, un matiz que antes no se había percibido, a la espera del siguiente movimiento que traerá nuevas combinaciones de color. Un teléfono ofreció los 130.000 euros que se pedían, y en ese precio quedó fijada la venta.
Dentro de este mercado latinoamericano, debemos citar también la venta de Yurak, 1971 (A/L, 149 x 120 cm; 61) del peruano Fernando de Szyszlo; se había dejado una puja en mesa por 26.000 euros, por encima de los 24.000 euros que se pedían (y que se pidieron en abril pasado en Retiro), y en ese precio se adjudicó. El atractivo pastel del cubano Mario Carreño, Mujer implorando, 1944 (45 x 59 cm; 54) se adjudicó a la oferta por escrito por 9.000 euros, pero no hubo comprador, en cambio, para la acuarela con toques de pastel Petite fille à la poupée, 1990 (43 x 35 cm; 59) de Fernando Botero por la que se pretendían unos altos 55.000 euros.
En esta línea internacional, conviene mencionar también dos remates importantes, aunque se adjudicasen a la oferta por escrito en mesa por sus precios de salida: 8.000 euros por Stytuacja, 1980 (O/L, 65 x 101 cm; 82) del polaco Jan Tarasin, y 18.000 euros por el buen Für Unseren Kleinen Barni!, 1984 (O y A/L, 176,5 x 298,5 cm; 108) del checo Jiri Georg Dokoupil.
En escultura, destacó la buena acogida de las dos piezas en bronce del canario Martín Chirino: Crónica del siglo XX. Cabeza I, 2012 (bronce, 1/9, 24 x 14,5 x 22,4 cm; 67) subió de 3.000 a 10.000 euros, ofrecidos por uno de los teléfonos que pujaba; el siguiente, Crónica del siglo XX. Cabeza, 2011 (bronce, 10/12, 16 x 14 x 14 cm; 69) pasó, también en poco tiempo, de los 2.250 euros iniciales hasta unos muy dignos 8.500 euros. Sorprendió, en este sentido, la venta nada menos que por 9.000 euros desde los 7.000 euros de su salida, del Ángel surrealista, 1984 (bronce, 739/1500, 54,5 x 24 x 12 cm; 77A) de Salvador Dalí; lo digo porque en junio, en Múnich, Ketterer Kunst GmbH vendió su ejemplar por 4.100 euros y en Quittenbaum no se vendió por 4.200 euros el 1084/1500; el 360/1500 se había adjudicado en julio de 2012 en Clars Auction Gallery, EE.UU., por 2.457 euros…
Algo parecido sucedió con un linograbado de Picasso, Portrait de Jeune Fille, d’apres Cranach le Jeune, 1962 (4/50; 32 x 26 cm, 27 x 21,5 cm huella; 172) que partía de 2.000 y se adjudicó por 9.500 euros; lo curioso es que no hay ninguna venta de otro ejemplar de 1962 pero sí de litografías de tamaños mayores (y alguna de éste) de años anteriores mucho más baratas… Versión reducida, eso sí, del Portrait de jeune fille, d’apres Cranach le Jeune, II, 1958 (linóleo, firmado, 50 ejemplares, 64,7 x 53,2 cm; Bloch 859; Baer 1053), vendido en Sotheby’s Nueva York en noviembre de 2014 nada menos que por 653,000 USD (523.308 euros).
La sorpresa llegó dentro de los regionalismos, donde subieron muy notablemente las obras del asturiano Evaristo Valle (1873-1951) y del catalán Casimiro Martínez Tarrassó (1898-1980). Del primero, Paisaje asturiano, c. 1940 (O/L, 51 x 66,8 cm; 41) pasó de 15.000 a 16.000 euros, mientras su otro Paisaje asturiano con hórreo, c. 1940 (O/L, 90,5 x 101,5 cm; 43) se disparó desde los 21.000 euros de la salida hasta adjudicarse a un teléfono, en una bella puja, por nada menos que 47.500 euros; muy buena compra, sin duda. En esta línea asturiana, conviene señalar también la importante subida de Asturianos en la costa (O/L, 73 x 92 cm; 42) de Mariano Moré, que duplicó su precio pasando de 3.000 a 6.000 euros.
Y del segundo, Casimiro Martínez Tarrassó, dos paisajes coloristas típicos de su mano: Paisaje de Mallorca (O/L, sin medidas; 278) subió hasta 8.500 euros, ofrecidos en sala tras una apasionante puja, mientras Cala mallorquina (O/L, 59 x 72 cm; 280) se disparó de los mismos 2.000 euros iniciales hasta nada menos que 11.000 euros, del mismo pujador que se lleva una gran pareja.
El siglo XIX y la pintura antigua obtuvieron, esta vez, ventas menores. El gran remate de la tarde fue el de Mercedes (O/L, 121 x 95 cm; 316) del granadino José María López Mezquita, que se había expuesto en varias muestras importantes, entre otras la XVII Bienal de Venecia de 1930; dos pujadores, en sala y al teléfono lucharon por ella hasta adjudicársela el de la sala por 13.000 euros; buena compra también, sin duda. En una línea similar, el Retrato de doña Felipa Tamayo de Grinda, 1832 (O/L, 84 x 58 cm; 328) del sevillano Antonio María Esquivel también subió, y pasó de 2.500 a los 7.000 euros, en un precio que se acerca a los que debería tener normalmente. Y dos ventas internacionales, por sendos teléfonos y ambos por los 6.000 euros de la salida: Trofeo de caza (O/L, 114 x 86 cm; 363) de Bernaert de Bridt, y el Posible retrato de la Condesa de Valleroy, c. 1720 (O/L, 74 x 60 cm; 373) de Alexis-Simon Belle.
Lamentablemente, no hubo interesados en el Boceto del gran cuadro de historia doña Juana la Loca (O/L, 50 x 70 cm; 315), del aragonés Francisco Pradilla, muy cercano al cuadro final, y por el que se pedían unos más que razonables 11.000 euros. Tampoco los hubo para el San Jerónimo (406; 22.000 euros) de Francisco Collantes ni para La última cena (418A; 30.000 euros) de Juan Simón Gutiérrez. Horas bajas aún para la pintura antigua, pero no enturbian las buenas ventas de este fin de temporada. ¡Feliz verano! Daniel Díaz @Invertirenarte