130.000 euros en Fernando Durán por el lienzo del indonés Affandi
Las ventas internacionales lideraron la buena venta del contemporáneo del día 3 de julio, pero las cifras se resintieron notablemente el día siguiente con la pintura antigua
Probablemente, para muchos de nuestros lectores el nombre de Affandi (1907-1990) apenas les sugiera nada, salvo quizá a los que leyeron el artículo de los previos de esta subasta (ver). A poco que uno busque por la www descubrirá que es, sin embargo, uno de esos nombres que interesa especialmente a los coleccionistas del mundo asiático, y quizá el artista indonesio más buscado y cotizado. Y que con su técnica de claros recuerdos expresionistas en cuanto a uso de la pincelada y de la materia pictórica, dentro de un mundo profundamente figurativo, supo captar y transmitir la esencia de la cultura indonesia, de sus costumbres y lugares (+ info).
Sabiendo los precios a los que lleva con relativa facilidad en las subastas en Hong Kong, tanto de Sotheby’s (ver) como de Christie’s (ver), por citar sólo de ellas, y que su obra más cara hasta el momento ha sido Borobudur and the sun, 1984 (O/L, 149,5 x 195 cm; ver), por la que se pagaron en octubre de 2016 en Sotheyby’s Hong Kong nada menos que 1.130.897 euros (a cierta distancia ya de la estimación de 520.000 a 780.000 euros), no fue extraño ver que su Before the cockfight, 1963 (O/L/T, 98 x 141 cm; 68), pasaba de 100.000 a 130.000 euros en Fernando Durán. Y tampoco sería extraño pensar que ha sido precisamente un comerciante el comprador, para llevarlo a aquella ciudad y venderlo por un precio claramente superior… En unos meses veremos si es así o no.
Decíamos que las ventas internacionales habían liderado la venta del contemporáneo el día 3 de julio. Hablamos ya de ese giro hacia lo internacional en el artículo de previos, pero creo que es necesario remarcarlo: el coleccionismo de piezas nacionales es cada día menor y las nuevas generaciones o al menos los nuevos coleccionistas buscan precisamente esa opción internacional, propia de un mundo cada vez más global.
En este sentido, como veremos las ventas importantes entran de lleno en esta perspectiva. De George Condo, su Audio, 1983 (O/L, 64 x 53 cm; 110), se adjudicó por los 60.000 euros pedidos; parecía una apuesta un tanto arriesgada dado el precio, pero en la medida en que aparece un comprador y se lo adjudica, está perfectamente justificada. Lo mismo sucedió con el lienzo de la Serie Huacayñan del ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, realizada entre 1950 y 1953: Máscaras. La crueldad (63 x 89 cm; 61), vendido también los 45.000 euros pedidos.
Dos referencias más: la acuarela sobre cartón del cubano buscado Mario Carreño, Sin título, 1953 (53,5 x 42 cm; 78), que había salido ya varias veces a pujas en otras salas, aquí subió de 10.000 a 11.000 euros. Y de Ola Kolehmainen, Composition around Void, 2006 (fotografía analogue C-type print Diasec, 1/3, 140 x 160 cm; 73C), se adjudicó por los 7.000 euros iniciales.
En lo español, una decepción (personal), pues la atractiva Reina Mariana, 1982, de Manolo Valdés, más interesante que sus repetidas ad nauseam Reinas Marianas y similares versiones posteriores, no se vendió por 120.000 euros; desgraciadamente, a veces el coleccionismo busca no lo mejor sino lo más típico y reconocible de un artista…
Y buenas noticias: de Lucio Muñoz, su pequeña pero trabajada Estancia roja, 1970 (Tm/T, 63 x 60 cm; 100), con etiqueta de la galería Juana Mordó de Madrid al dorso, subió de 7.000 a 8.500 euros. De José María Sicilia, Nettoyage 4, 1984 (O/L, 111 x 102 cm; 106), procedente de la galería Fernando Vijande de Madrid, se adjudicó por 8.000 euros, una puja por encima de la salida; en el precio inicial, 7.000 euros en este caso, se vendió también el Sin título, 1982 (díptico O/L, 100 x 61 cm; 105) de José Manuel Broto. Del menor Jordi Teixidor, Pintura 255, 1976 (O/L, 200 x 137 cm; 80), expuesta en las galerías Vandrés de Madrid y Joan Prats de Barcelona, pasó de 5.000 a 6.500 euros; de Francisco Farreras, Nº 697, 1974 (pintura y collage/T, 100 x 100 cm; 131), de 2.500 a 4.500 euros; y de Rafael Canogar, su obra seriada Composición (El consuelo), 1973 (óleo y relieve en poliéster/T, 4/25, 73 x 70 x 12 cm; 129), se adjudicó por los 4.000 euros pedidos.
Destacaría la venta de dos piezas de Elena Asins: Sin título, 1978 (cuatro dibujos a tinta sobre cartulina; 29,8 x 42 cm c/u; 84), subió de 1.700 a 3.500 euros, mientras Sin título, 1978 (díptico de dos dibujos a tinta sobre cartulina, 42 x 30 cm c/u; 85), pasó de 850 a 1.600 euros.
En el mundo de las tres dimensiones: Bóveda para el hombre, 1960 (bronce patinado, pieza única, 36,6 x 43 x 33 cm; 135), de Pablo Serrano, se disparó desde los iniciales 4.000 euros hasta los 7.000 finales; San Cristóbal, 1971 (pintura /cartón piedra, PA de una edición de 20 ejemplares, 52,5 x 25 x 17,3 cm; 121) de Equipo Crónica, se vendió por 5.500 euros; y a 5.000 euros llegó Madera + color, 1977 (relieve en madera, tallada, pulida y ensamblada, 85 x 102 x 10 cm; 113) de José María Navascués.
Y las compras del Estado: la buena Composición constructiva, 1935 (tinta china/papel, 63,5 x 48 cm; 75) de Luis Castellanos, expuesta en cuatro muestras como el Centro Cultural Conde-Duque, el Centro Atlántico de Arte Moderno o la galería Guillermo de Osma, por apenas 2.000 euros. Y un lote de tres carteles publicitarios de Josep Renau: El camino de la vida es un film soviético y El mundo marcha (lote 263), por la salida, 500 euros.
Pero no todo fueron alegrías pues el día 4 fue otro cantar. Una tarde con la venta de más de mil lotes por delante es, simplemente, agotadora, insufrible y muchos otros calificativos que sólo redundarían. Y más cuando se anuncia para las 16.30 y comienza a las 16.55, sin aire acondicionado y donde los escasos cien lotes de pintura quedan sepultados y perdidos en la maraña del catálogo y de las infinitas pujas, por tasar en 120 euros piezas que se venden por 850 euros (más de veinte pujas). Hagan el esfuerzo de imaginárselo y multiplíquenlo por unos quinientos lotes, por poner una cifra…
Salvaron la cita las tres ventas del siglo XIX. Del sevillano Manuel García y Rodríguez se ofrecían dos atractivos lienzos firmados en 1896: Patio sevillano con alberca y Patio de los naranjos de la iglesia del Salvador de Sevilla (O/L, 45 x 60 cm c/u; 961), que se adjudicaron por los 35.000 euros, un precio ya muy ajustado, pero que a la postre se demostró eficaz. De Jaime Morera se ofrecía un difícil Retrato ecuestre de caballero (O/L, 104,5 x 68 cm; 955), dada la temática, por 15.000 euros; en ese precio, sin embargo, se lo adjudicó un coleccionista en la sala. Por último, hubo más interés en la Plaza del Mercado de las coles en Gerona (O/L, 72,5 x 101,5 cm; 943), firmado por el catalán Francisco Sans Cabot; los 6.000 euros de la salida eran atractivos y terminó adjudicándoselo por 9.000 euros un coleccionista al teléfono.
En pintura antigua, dos hechos. El primero, la esperada sorpresa por la venta del tapado de Escuela veneciana del siglo XVII, Adoración de los pastores (óleo sobre ágata y cuarzo, 26 x 14 cm; 794; ver hilo); los 900 euros eran, obviamente, una invitación a soñar, y en eso quedó pues los coleccionistas avezados se lanzaron y puja tras puja lo subieron hasta nada menos que 19.000 euros. Se han barajado nombres varios para esa mano desconocida, desde uno de los Bassano hasta la muy interesante propuesta de la pintura manierista de la escuela de Praga, con Hans Von Aachen como elemento más cercano.
El resto fue un fiasco pues fallaron varios compradores. El primero el Estado. La sala retiró de la subasta el lienzo del italiano Corrado Giaquinto, Amorcillo con instrumentos musicales, 1756 (O/L, 85 x 181,5 cm; 928), a la espera “de la resolución de una oferta de venta irrevocable” por parte del Estado.
Procedentes de la misma colección Stuyck, se ofrecieron dos interesantes piezas realizadas hacia 1762-1775 por Guillermo de Anglois y José del Castillo: Alegoría del fuego (O/L, 200 x 178 cm; 929) y Alegoría de América (O/L, 232 x 150 cm; 935), por 30.000 euros cada una. Declaradas inexportables, nadie pujó por ellas. Y no hubo interesados tampoco por el San Jerónimo penitente, c. 1570 (O/T, 76,5 x 54,5 cm; 907) de Luis de Morales, por el que se pedían 50.000 euros, ni por la interesante Magdalena (O/L, 112 x 90 cm; 906), de Escuela española, por 22.000 euros, por citar algunas. Una pena, porque las cifras de lo facturado en esos días, incluyendo las buenas ventas de artes decorativas, volvieron a ser altas. Daniel Díaz @Invertirenarte