Sorpresa en pintura antigua, y buenas ventas del Bonifacio y de grabados conocidos
En nuestro artículo de previos (leer), alertamos a nuestros lectores de lo atractivos que resultaban los dos lienzos de Martín Rico, que ofrecía Durán. Efectivamente no eran obras maestras, eso estaba claro, pero cada una dentro de su género tenía su vertiente interesante.
La Vista de Venecia (O/L, 46 x 72 cm; 116), tenía un tamaño ya importante, una composición perfectamente estructurada y un primer plano con calidad y pero faltaba esa continuidad en la parte del fondo, que es lo que distingue a sus obras especiales de las simplemente comerciales; por eso subió de 18.000 a 20.000 euros, y ahí se quedó, que tampoco está mal. Paisaje granadino, 1871 (O/L, 70 x 97,5 cm; 117), en cambio, tenía el atractivo de ser un tema mucho más local, del que apenas hay obra de su mano, realizado con una pincelada mucho más dibujada y apretada, típica de esos años aún de juventud o primera madurez, y por eso subió también de 15.000 a 18.000 euros.
En cualquier caso, buenas ventas para unas piezas que cada vez tienen un menor lugar entre los coleccionistas actuales. Prueba de ello es que no hubo interesados ni en la muy recargada Visita del cardenal (O/L, 50 x 80 cm; 118) de Juan Pablo Salinas por la que se pedían 15.000 euros, ni por Posada al sol (O/L, 31 x 47 cm; 115) de José Benlliure, por 14.000 euros.
Retrocedamos a la pintura antigua. Lo más destacado fue, como decíamos, la sorpresa de la Maternidad (O/L, 93 x 96 cm; 102) de Escuela española S. XVIII, que pasó de 2.500 hasta nada menos que 17.000 euros, en una apasionante lucha entre varios teléfonos en castellano e italiano, y coleccionistas en sala. La Escena de taberna (O/L, 150 x 150 cm; 110) de Ruggero Panerai se adjudicó a un teléfono por la salida, 6.000 euros, lo mismo que la tabla con San Lucas pintando a la Virgen (50 x 41 cm; 66) de un seguidor de van der Weyden por 5.000 euros. En cambio, La fiesta interrumpida (O/L, 102 x 126 cm; 77), de Escuela francesa S. XIX, subió de 2.000 a 4.750 euros, ofrecidos finalmente por un teléfono.
En el siglo XX hubo dos ventas destacadas. La primera, como era previsible, el lienzo de Bonifacio Alonso, Salto de obstáculos, 1990 (O/L, 130 x 97 cm; 166) se disparó desde unos verdaderamente asombrosos 1.800 euros de salida hasta los ya más razonables 6.500 euros, que con comisiones e impuestos se quedan finalmente en 7.930 euros; era previsible, y lógico (en cambio, no hubo interesados por el lienzo de Roberto Matta, El semen del Sol (102 x 90 cm; 169), que salía por 32.500 euros). El mismo precio deberá pagar el coleccionista que se llevó Primavera soñada (O/T, 100 x 130 cm; 139) de Juan Borrás, tras una absoluta locura de pujas alternativas entre un coleccionista en sala y un teléfono. Y sorprendió un poco, la venta por 4.250 euros de La tormenta, 1965 (O/L, 100 x 81 cm; 165) de Francisco Mateos.
Y pasemos finalmente a la obra gráfica, donde destacó con luz propia la Serie Negra de Equipo Crónica; vendidas por separado cada una de las cinco serigrafías realizadas en 1975, la suma final alcanzó los 6.350 euros, destacando el remate de la segunda, Pistoleros con sombreros (222) por 2.250 euros, y la tercera, Pelea (223), por 1.700 euros. Nada menos que a 2.000 euros llegó la Composición (serigrafía, 69 x 99 cm; 296) de Antonio Saura, que partía de unos muy atractivos 600 euros; en línea similar, el primero de los Antropafaunas de Manolo Millares que se ofrecían (256) subió de 700 a 1.800 euros, mientras que el otro, donde dominaba el blanco y había una fuerza menor (257) subió apenas de 700 a 950 euros. La serigrafía Sin título (106/150, 44 x 60 cm; 214) de Eduardo Chillida se vendió por 1.700 euros, mientras que la litografía Sin título (138/199, 49 x 37,5 cm; 320) de Eduardo Úrculo subió notablemente, de 250 a 950 euros, pero otros muchos de Miura, Alcolea, Franco, Lootz, Albacete o Alcaín, por citar sólo algunos, apenas tuvieron salida, a pesar de sus bajos precios.
Acabamos, con los grabados de Francisco de Goya. La colección de las 80 estampas con Los Caprichos, sexta edición editada por la Calcografía de San Fernando entre 1890 y 1900 (lote 241), subió de 6.500 a 9.000 euros, el mismo precio que alcanzaron los 18 aguafuertes y aguatintas de Los proverbios, tercera edición editada por la Calcografía de San Fernando en 1891 (242), que salía a pujas por 7.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte