Manuel Losada. Salida de la iglesia de San Nicolás, detalle. Salida: 3.500 euros
LAS OPORTUNIDADES DE DURÁN
En su sesión del 26 de enero, sobresalen los papeles de Manuel Losada o Daniel Vázquez Díaz y los óleos de Soledad Sevilla
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Fiel a su puntual cita mensual, Durán vuelve a ofrecer un catálogo muy variado y con unas cuantas sorpresas, como para que todo aquel que esté pensando superar la cuesta de enero con la compra de algún capricho no sólo se lo pueda permitir sino que además sea una buena adquisición.
El lote más caro es un retrato, titulado Amarantina (O/L, 37 x 34 cm; lote 169), de Julio Romero de Torres, por el que la casa pide 25.000 euros, ligeramente por encima de los precios habituales de este tipo de piezas. Ojos negros y profundos, frente y cuello con toques de luz en claro contraste con el vestido de color esmeralda, y un fondo de oscuridad espesa, es el estudio de expresión para el retrato de la bailarina sevillana Elisa Muñiz, Amarantina. Con el necesario certificado de Mercedes Valverde, pienso que quizá sea compra más para coleccionistas que ya tienen obra de mayores vuelos de su mano, que quieren completar con un rostro puro, que para un primer desembolso.
Más interesantes para los bolsillos quizá sean las siguientes, cercanas en tiempo y en una cierta modernidad anclada a la pintura historicista. Destaca en este sentido, un pastel típico de la mano del bilbaíno Manuel Losada, Salida de la iglesia de san Nicolás (50 x 70 cm; 165), con buenas dimensiones, buen estado de conservación, una escena popular de baile sobre la iglesia del fondo y un buen precio inicial: 3.500 euros, que subirán sin ninguna duda. Más vinculado con el mundo folclórico, Joven junto al espejo (O/T, 39 x 37,5 cm; 161) del granadino Gabriel Morcillo es otra pieza que no debemos dejar pasar por alto. Es un interesante estudio –aunque sin grandes pretensiones, que nadie se lleve a engaño-, dedicado y firmado en Granada en 1918, por el que piden 2.000 euros.
Aunque sean menores, me parecen más interesantes los tres muy diferentes estudios de Daniel Vázquez Díaz. Retrato (37 x 27 cm; 170), fechado en 1923, tiene un aire a un Juan Ramón Jiménez cansado y mayor, pero con esos ojos asombrados, que parecen escrutarlo y penetrarlo todo. Hombre faenando (30 x 24 cm; 171) es un sencillo estudio de formas y colores. Y Retrato de hombre (35 x 22 cm; 172), es un estudio de personaje de su conocido panneau ‘Las Naves’ de La Rábida, como bien indica el propio pintor en el ángulo inferior. Por supuesto, los 400, 300 y 375 euros, respectivamente, son un precio más que atractivo.
La cosa no acaba aquí, porque del siglo XX se ofrecen otras piezas que merecen unas líneas. Lo más llamativo quizá sea la pareja de lienzos de la reconocida Soledad Sevilla, de su serie de celosías que tanto tienen que ver con la Alhambra y la cultura árabe. El primero de ellos, de hecho, se titula La Alhambra. Patio del Cuarto Dorado (O/L, 130 x 100 cm; 197) y se piden 2.500 euros; el segundo, más opaco y oscuro, pero con elementos entrevistos también detrás de esa especie de trama-celosía, es Composición (O/L, 110 x 164,5 cm; 198), por 3.500 euros. Gangas si los comparamos con los precios que se piden hoy día en el mercado primario por piezas de su mano de estos tamaños y años.
Menos conocidos, quizá, ya por el gran público son Florencio Galindo y Bernardí Roig. Del primero, recientemente fallecido, se ofrece dentro de una colección de caza, una típica malla con árbol sobre pared titulado Gallinero (O/T, 100 x 81 cm; 423), por 1.800 euros, y Perdices de Muñico, 1986 (O/T, 60 x 100 cm; 429), con etiqueta de la galería Biosca, por 1.500 euros. Y del mallorquín, en vez de sus tradicionales abandonados retratos, topografías del deseo, una Flor, 1988 (O/L, 100 x 81 cm; 202), especie de homenaje a Sicilia, pero con algo de inquietante, por 1.000 euros. Y más que toca a cada coleccionista descubrir. Daniel Díaz @Invertirenarte