Antonio López Torres. Paisaje campestre, 1933, detalle. Salida: 50 euros. Remate: 2.500 euros
LAS GRATAS SORPRESAS DE DURÁN
Además de las esperadas ventas del lienzo de Romero de Torres y de los grabados de Goya, destacaron las de Antonio López Torres
“Las subastas es lo que tienen”, me decía ayer en ARCO un cliente amigo. Y lo decía al hilo de un lienzo de grandes dimensiones de uno de los pintores a los que sigo desde hace años, Prudencio Irazábal, que se vendió ayer en Sotheby’s París y por el que pujé en directo pues la estimación era verdaderamente atractiva… (ver).
En Durán sucedió ayer algo similar, aunque en una escala inferior como parece lógico. Salieron a pujas dos pequeñas tablitas de Antonio López Torres (1902-1987), tío y maestro del conocido pintor de Tomelloso, Antonio López. Piezas pequeñas pero con calidad más que evidente dentro de su abocetamiento debido al tamaño, salían a pujas por una cantidad asombrosa: 50 euros. Me refiero a Paisaje campestre (O/T, 17,5 x 22 cm; lote 75), firmado y fechado en 1933, y a Aventando (O/T, 21,5 x 25 cm; 76), igualmente firmado y fechado pero esta vez en 1934. Obras de la madurez primera, muestran ya sin embargo un estilo que será característico suyo y con el que Antonio López convivió desde muy joven. Y claro, las pujas se multiplicaron hasta el infinito, bueno hasta los 2.500 y hasta los 2.250 euros, respectivamente. No son precios para asombrarse pues entran dentro de la lógica de los coleccionistas de ese pintor local como quien dice, pero sí me parece interesante resaltar que estas oportunidades pasan con cierta frecuencia.
Otro grupo de ejemplos, aunque menores ya. Se ofrecían por 150 euros dos tablas, de cierta envergadura ya, de Escuela española S. XX: Dolorosa(54 x 39 cm; 51) y Descendimiento (53 x 38 cm; 52), copias con calidad del Hans Memling de la catedral de Granada (ver). Y de 150 pasaron nada menos que a 2.750 y a 1.700 euros… O la Adoración de los Magos (O/L, 42 x 56 cm; 22, ver), de Escuela europea de finales del siglo XVIII o comienzos del siglo XIX, que de los 350 euros iniciales terminó en unos mucho más lógicos 1.600.
Dicho lo cual, tras varios datos, vamos a las piezas más destacadas de la cita, las que comentamos en el artículo de previos (ver). La primera, por derecho propio, fue la de Francisco de Goya y su sexta edición de 80 grabados de Los desastres de la guerra (205), realizada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid en 1930. De 5.000, terminó adjudicándose en 6.000 euros. La segunda, el peculiar lienzo de Julio Romero de Torres, Retrato del niño Mariano Rodríguez de Rivas (O/L/cartón, 26 x 20 cm; 175), realizado hacia 1923, cuando el pintor enseñaba a pintar a la hermana de Mariano, Antonia. En 5.000 euros se ofrecía, y en esa cantidad se adjudicó. No sucedió lo mismo, ni siquiera en estas segundas rebajas, con el lienzo del maestro cordobés Granadina (O/L, 75 x 55 cm; 174), que se ofrecía rebajado de 50.000 a 37.500 euros, ni tampoco el de Joaquín Mir, Paisaje (O/L, 70 x 60 cm; 173), rebajado también de 45.000 a 35.000 euros.
Más interesantes quizá fueron las ventas menores. La temprana Rosa (15 x 24 cm; 199) de Carmen Laffón, dibujada a carboncillo con 34 años, en 1968, subió de 800 a 1.300 euros, un precio que aun así, comisiones e impuestos incluidos, se queda en muy buena compra. Lógica también fue la subida del lienzo del gallego Manuel Prego, cuyo doliente Mendigo (O/L, 47 x 63 cm; 198, ver), fechado en 1969, subió de 1.200 a 2.500 euros. O la venta, por la salida esta vez, 2.500 euros, de la Niña entre las flores (O/L, 45 x 37,5 cm; 176) de José Cruz Herrera. Daniel Díaz @Invertirenarte