Conchita Triana de Romero de Torres en Ansorena

Conchita Triana de Romero de Torres en Ansorena

Sobresalen además, para la cita del 20 y 21 de julio, los dos lienzos de Cristóbal Toral

Casi toda la producción de Julio Romero de Torres interesa especialmente a los coleccionistas, y si algo no se vende suele deberse más bien a una cuestión de ajuste de precio. De alguna manera, la producción del cordobés es como un resumen simbólico de aquella España rural y conservadora de tradiciones ancestrales, vinculada a Andalucía, a sus mujeres de ojos oscuros y mirada penetrante. Y claro, Ansorena le dedica su contraportada, cediendo su portada esta vez a la atractiva colección de joyas que ofrecerá el día 21.

Retrato de la bailaora Conchita Triana, c. 1924/6 (59 x 44 cm; lote 784) es un dibujado retrato de perfil con óleo y temple de la reconocida artista sevillana. Con sus habituales tonos terrosos y fondo neutro, hay sin embargo tres puntos de luz que atraen nuestra mirada: el blanco de la cerámica, el del pecho, y el rojo del pendiente. Se conserva, por cierto, un retrato de la bailaora de mayores dimensiones y ambición en el propio Museo Julio Romero de Torres de Córdoba (ver) así como una foto del lienzo que se ofrece a pujas (signatura F.3-12).

La obra ya es conocida en el mercado español pues se vendió en Castellana 150 allá por noviembre de 1999 por los antiguos siete millones de pesetas, los actuales 42.045 euros; y se ofrece ahora a pujas con un precio inicial de 33.000 euros. Un versión muy similar, pero  ligeramente más grande, Joven de perfil (65 x 42 cm), con cafetera en vez de cántaro, y diferente aunque parecida modelo, se vendió en Sotheby’s Londres en noviembre de 2007 por nada menos que 50,900 GBP (72.099 euros).

Otra de las piezas especialmente interesantes, en esta línea finisecular regionalista, es el lienzo En la playa (36 x 50,5 cm; 785) de Julio Vila Prades. La huella sorollesca es evidente en esta composición que ofrece un primer personaje bañado en luz cegadora y, en planos sucesivos y con distintas intensidades, otros bajo la sombra de una caseta, mientras al fondo se atisban más bañistas y la playa misma. Anotado Mar de Plata junto a la firma –quizá se trate precisamente de uno de los estudios que hizo para el Club de Mar de Plata, durante su productiva estancia en Latinoamérica-, los 5.500 euros que se pretenden parecen un precio atractivo, pues lo más buscado de su mano es, precisamente, lo más cercano a Joaquín Sorolla, a cuyo estudio asistió entre 1893 y 1904.

Si nos acercamos en el tiempo, debemos mencionar el Paisaje, 1957 (O/L, 38 x 46 cm; 620) de Óscar Domínguez; por su composición y luz, y porque los 8.000 euros en que se ofrece están lejos de los 18.000 pedidos en noviembre pasado en esta sala, y de los 30.000 pretendidos en Retiro en junio de 2010… Pero, sigamos avanzando, a la segunda mitad del siglo XX.

Hay, claramente, dos oportunidades: los dos lienzos de Cristóbal Toral, Granadas (82 x 89 cm; 617) y Manzanas (106 x 94 cm; 618), por 7.000 y 9.000 euros, respectivamente. Con sus típicos fondos negros, sus magníficas veladuras y sus frutas suspendidas en plena caída, esos tamaños están pidiendo a gritos un precio superior, en la línea proporcional de los 9.075 euros pagados en junio de 2014 en Ansorena por Bodegón de frutas (38 x 46 cm), o de los 6.000 por un menor Manzanas (46 x 55 cm) de mayo de 2015 en Durán. De Luis Feito, hay un interesante cartón pegado a lienzo de 1962, Sin título (80 x 57 cm; 615), de sus rojos y negros típicos. A pesar de la cercanía temporal y de tamaño, no estamos en los matéricos de sus mejores años ligeramente anteriores, como el que subió la semana pasada a 46.000 euros en Segre (ver); teniendo calidad, el precio es otro, 6.500 euros. Y de Darío Villalba, Fusión, 1982 (técnica mixta de óleo, collage e impresión/L, 170 x 140 cm; 612), pero deberán comenzar las pujas por 20.000 euros…

Acabamos. No dejen de ver, entre otros, los lienzos de José Beulas (80), Álvaro Delgado (93) y Cirilo Martínez Novillo (94); lejos de lo que solemos ver de ellos, hay en éstos calidad a buen precio, sin duda. Y, un último apunte: los aficionados a la obra gráfica, disfrutarán de veras con las oportunidades que Ansorena les ofrece. Daniel Díaz @Invertirenarte