También se rematan, por 22.000 euros, los María Blanchard y José Jiménez Aranda
A pesar de las posibles apariencias, la pintura negra, austera y tremenda, del madrileño José Gutiérrez Solana (1886-1945) sigue interesando a los coleccionistas. Era la apuesta de Ansorena, y con esa pieza abrimos también nosotros nuestro artículo de previos (leer). Probablemente menos que hace unos años, pero el simple hecho de que el día 15 hubiese dos coleccionistas luchando por hacerse con el pequeño lienzo firmado en París en 1938 de Cargadores de vinos (O/L, 46 x 38 cm; 51), que salía a pujas por 75.000 euros, ya habla de ello bien a las claras. Cada uno de ellos ofreció su puja, y se terminó adjudicando por 80.000 euros, cantidad a la que se debe sumar el 21% de comisiones e impuestos para hacer un montante final de nada menos que 96.800 euros.
Otra de las ventas fuertes de estas jornadas fue la de la inacabada Niña dormida, 1928/30 (O/L, 28 x 23 cm; 645) de María Blanchard. Expuesta en París en 1932 en la exposición retrospectiva tras la muerte de la pintora, y en Madrid en 1982, según María José Salazar (Catálogo razonado, 2004, pág. 550, ref.: 254) se trata de una versión ‘mucho más suelta, un tanto inacabada, de las obras Niña dormida (nn. 252 y 253) que se encontraba en el estudio de la artista a su muerte’. Pujada en mesa la salida, un teléfono ofreció la siguiente puja, 22.000 euros, y en ese importe se remató, en la línea de los 22.500 euros pagados en Fernando Durán en abril pasado por Jeune mèlancolique, 1925 (O/L, 46 x 38 cm; ver).
Ya que estamos hablando de la escuela de París, sorprendió la venta de las tres piezas que se ofrecían de Emilio Grau Sala, en los tres casos por ofertas por escrito: el día 15, Familia junto al balcón, 1965 (O/L, 38 x 46 cm; 142) por 13.000 euros, y Gens du cirque, 1957 (O/L, 54 x 65,5 cm; 143) por 16.000 euros, que salían por 12.000 y 15.000 euros, respectivamente; y el día 16, por los 18.000 euros de la salida por Contre-jour à Honfleur, 1962 (O/L, 60 x 73 cm; 605), que estuvo expuesto en el Salón D’Asnières. Desde luego, no son precios fáciles de conseguir en nuestro país en los tiempos que corren, y menos los tres en una misma cita.
La otra gran cifra fueron los 22.000 euros, el precio de salida, que ofreció un coleccionista en sala por La loca, 1894 (O/L, 46,5 x 37 cm; 520) de José Jiménez Aranda, procedente de la galería Luis Carvajal. Expuesta en la Nacional de 1895 y en la Corporation of London de 1901 de Pintores españoles, perteneció al pintor Aureliano de Beruete; y así, su calidad y su impecable provenance hicieron más fácil el desembolso de la cantidad inicial.
Seguimos en el XIX. La mesa adjudicó a su oferta por escrito, por los 8.000 euros de la salida, la pareja de lienzos de Emilio Sala, Alegoría de las Artes y de la Música (O/L, 76 x 100 cm c/u; 521). En esta misma línea finisecular, el lienzo de José Moreno Carbonero, Cazador, 1898 (O/L, 27 x 43 cm; 522), también se vendió por la salida, 4.000 euros, ofrecidos también por escrito antes de la subasta. 5.000 euros dio un teléfono por un extraño Paisaje de Venecia (O/T, 33 x 51 cm; 52), que la casa atribuía a Antonio Reyna; y, en esta vertiente veneciana del sigo XIX, se adjudicó también a un teléfono el lienzo de Eugenio Oliva, Vista del Gran Canal de Venecia (O/L, 42 x 61 cm; 569). Más moderno ya, el colorista lienzo de Cecilio Plá, En el porche (O/L, 54 x 65 cm; 511), con evidentes ecos sorollescos, subió de 4.000 a 6.000 euros.
Volvamos al siglo XX. Lo más destacado fueron los 10.000 euros que un coleccionista ofreció por teléfono por el dibujo a grafito sobre papel de Salvador Dalí, San Sebastián (56,2 x 43,8 cm; 208), en un marcado escorzo. Si seguimos con obra sobre papel, debemos mencionar dos autores: Eduardo Úrculo y Benjamín Palencia. Las dos técnicas mixtas sobre papel del primero de 1964 y 1966, atípicas por ser obras de juventud, se vendieron por los precios iniciales: Composición (69 x 98 cm; 212) por 3.150, y Sin título (75 x 105 cm; 211) por 3.000 euros. En cambio, hubo Interesantes pujas por los gouaches tardíos de Benjamín Palencia: Niña sentada, 1968 (44,5 x 32,5 cm; 500), subió de 1.500 a 2.600 euros, mientras que el más tardío Paisaje con caballo, 1970 (39 x 46 cm; 613) pasó de 1.000 a 2.000 euros.
Debo reconocer que me alegré con la venta por 7.000 euros del temprano lienzo de Cirilio Martínez Novillo, Casas de Vicálvaro, circa 1958 (81 x 100 cm; 144), un autor aún poco valorado… El Paisaje de Mallorca (O/L, 54,5 x 65,5 cm; 608) de Casimiro Martínez Tarrassó subió también en una disputada puja, desde los 3.000 iniciales hasta los 4.400 euros finales. Más moderno, Figuras (O/L, 60 x 74 cm; 615) del gallego Alfonso Sucasas pasó de los tímidos 800 euros de inicio a nada menos que 2.600 euros. Y del granadino Antonio Valdivieso, su pequeño Desnudo (O/táblex, 24 x 30 cm; 618) se disparó de 800 a nada menos que 2.600 euros. Y más contemporáneo, hay que destacar la buena compra, por apenas 3.200 euros, del lienzo del sevillano Guillermo Paneque, Imaginations: I want more paintings, 1988 (O/L, 194 x 200 cm; 642), una puja por encima de los 3.000 euros que se pedían.
En pintura antigua, las ventas más importantes fueron por pintura de los Países Bajos por los precios de salida: 10.000 euros por el Moisés rescatado de las aguas (O/cobre, 82 x 115 cm; 116) de Simon de Vos y Guilliam I Forchondt. 14.000 euros por La llegada del mercader (O/T, 27 x 43 cm; 468) de Mathys Schoevaerdts, y 15.000 por Campesinos a la puerta de un mesón (O/T, 24 x 35 cm; 469) de David Teniers II, el Joven. Daniel Díaz @Invertirenarte