Juan Genovés. Sin título (E), 1980, detalle. Salida: 7.000 euros. Remate: 12.000 euros
19.000 EUROS POR LAS DOS ACUARELAS DE GENOVÉS EN SEGRE
Tranquilo arranque en la primera cita postvacacional, donde sorprendieron las ventas de Juan Uslé y José María Sert, entre otros
Hay que reconocer que nuestro pequeño mercado da la sensación de estar como desperezándose aún del letargo estival. La semana pasada estuvimos en #Apertura2016, con bastante ambiente, pero ventas más bien escasas, salvo lo último de Secundino Hernández en la galería Heinrich Ehrhardt (ver) y alguno más. Mañana comienza Estampa –la esperanza de los galeristas es lo último que se pierde-, y el jueves, Durán tiene su primera cita (leer).
Las de ayer en Segre, no eran piezas de calidad baja o precio desorbitado; no. Simplemente es que estamos arrancando más lentamente, y que se ha notado clarísimamente en la economía la desaceleración por la lógica cuestión de las elecciones. Y así, cuesta remontar.
Una de los datos que más me llama la atención es la nueva escalada de los dibujos de Juan Genovés: Sin título (E), 1980 (acuarela y carboncillo sobre papel, 57,5 x 76,1 cm; 198) subió de 7.000 a nada menos que 12.000 euros, en una atractiva batalla entre coleccionista en sala y al teléfono, mientras Sin título (15-79), 1979 (acuarela, carboncillo y lápices de colores sobre papel, 55,9 x 76,1 cm; 199) se remató por la salida, 7.000 euros, que no es poco. Como comentamos en los previos (leer), en mayo pasado la misma casa vendió otros dos por 9.000 euros cada uno (leer); habla ello del renovado interés por la obra del valenciano, cuyas últimas piezas vendidas a precio de oro en la Marlborough y en otras, tiran incluso de éstas más antiguas ya. Mucho más lógico, se pagaron los 12.000 euros pedidos por el Pito doble, 1975 (A/cartón, 103,5 x 72 cm; 202) de Equipo Crónica –conformación que continúa con muy buena salud.
Dos buenas noticias más, un tanto inesperadas. La primera fue, sin duda, la venta por nada menos que 8.500 euros de una pieza de 1991 de apenas 31 x 46 cm de Juan Uslé; se trataba de Lleno de palabras (vinílico/L/T, fechado en Nueva York; 231), adjudicado por la salida. La otra, los 7.500 euros ofrecidos, la salida también, por el Retrato de Juan Antonio Aguirre, 1974 (O/L, realizado del 22 de octubre a diciembre de 1974, 120 x 101 cm; 213) pintado por Guillermo Pérez Villalta con apenas 26 años.
La pintura internacional obtuvo varias ventas importantes. La más llamativa fue la esperada subida de Sin título nª 069, 2004 (A/fragmento de sombrilla, 217 x 241 cm; 264) de Claude Viallat (ver); varios teléfonos intentaron hacerse con la pieza de grandes dimensiones que salía por apenas 1.500 euros, hasta terminar rematándose por 9.000 euros. Otra, de la mano de cubanos: de José Bedia, Tenemos que mudar la mesa (O/L, 122 x 266 cm; 228), que había salido en marzo pasado en esta misma sala por 12.000 euros, se adjudicó esta vez por 8.200 euros; y de Esteban Leyva, Composición en rojo, 2012/4 (A/L, 130 x 180 cm; 229), se remató por 4.900 euros, la salida, a un cierta distancia también de los 7.000 euros pretendidos en diciembre pasado. Y del iraquí, Faik Hassan, su Amanecer en el desierto, 1977 (O/L, 74 x 82 cm; 319), fue adjudicado por los 11.000 euros pedidos.
Hay que reconocer, con cierto dolor y estupor, que los inicios de la modernidad española no tuvieron tan buena salida ayer en la sala como lo habían tenido en ocasiones anteriores, y varias piezas quedaron sin comprador. Sin título, 1978 (174; 5.000 euros) de Rafael Canogar, o Sin título, 1957 y 1967 (176, 4.000 euros, y 175, 6.800 euros) de Antonio Saura, aunque sí su Mujer sillón, 1960 (O/papel, 21 x 16,5 cm; 185), por la salida, 6.500 euros. Pero tampoco hubo pujadores que ofreciesen los 18.000 euros por la Caja abierta, 1958/75 190), de Jorge Oteiza, que partía como una de las favoritas…
Eso sí, dentro de la renovación figurativa de la primera mitad del siglo XX, hubo una cierta batalla entre pujadores por hacerse con la interesante Naturaleza muerta con violín, c. 1935 (O/T, 52 x 74 cm; 156) de Ismael González de la Serna, que partiendo de 7.000 se lo llevó finalmente por 10.000 euros un teléfono; mientras Boceto para la Sala de música del palacio de la familia March en Mallorca (óleo y plata/L, 40 x 30 cm; 119-A) de José María Sert, subió una puja y se adjudicó por 8.500 euros.
El siglo XIX registró tres importantes subidas, como era previsible: de Alexander Carse, su buena tabla The miller of Drone, c. 1820 (O/T, 52,4 x 71,5 cm; 72) pasó de 3.000 a 6.000 euros, un precio de ganga si tenemos en cuenta los pagados en el extranjero por obras de calidad similar o inferior incluso. La acuarela de Joaquín Sorolla, realizada en 1881 con apenas 18 años, Retrato de niña con pañoleta rosa anudada al cuello (23,7 x 14,7 cm; 118), subió de 8.000 a 9.500 euros; era más que previsible, de nuevo. Menor en este sentido, pero interesante también fue la compra del conjunto de acuarelas y dibujos de españoles pensionados en Roma, entre 1883 y 1889, como Sánchez Barbudo, Muñoz Cuesta o Vicente March, entre otros (enmarcado 45 x 104 cm; 21); sin embargo, el hecho de que hubiese uno de Juan Luna, hizo que el interés volase, hasta adjudicarse el conjunto un coleccionista filipino por 2.600 euros, lejos de los 700 euros de la salida… Por último, en este apartado, se vendieron también, por el precio inicial, Retrato de dama (O/L, 86,5 x 71,5 cm; 96) de Raimundo de Madrazo, por 8.000 euros, y Rapto de Proserpina (O/L, 48 x 75 cm; 89), de Jean-Baptiste-Adolphe Gibert, por 6.000 euros.
Por último, la pintura antigua, apartado en el que se ofrecían dos buenos gouaches taurinos de Eugenio Lucas, una especie de oportunidad al ser una pareja inédita firmada en 1864 (lotes 32 y 33), con cierto tamaño (32 x 46 cm), calidad evidente, y una temática de la que sólo se conocen otras tres piezas. Capea en el pueblo (33) se vendió en postventa por la salida, los 10.000 euros iniciales, mientras La novillada se quedó a las puertas; una pena (ver imágenes). La otra de las obras importantes era la grisalla sobre lienzo de Giovann Stradano, Escena de batalla entre moros y cristianos, c. 1576/8 (71 x 157 cm; 59), que se ofrecía por 40.000 euros; a pesar del interés que habían manifestado algunos coleccionistas, tampoco se vendió finalmente. Son malos tiempos para la pintura antigua, dicen, u ocasiones de compra a muy buen precio, añado. La botella sigue medio llena; de ello hablan también los 350.000 euros facturados ayer. Daniel Díaz @Invertirenarte