Vicente Ameztoy en el Bellas Artes de Bilbao
La pinacoteca bilbaína dedica, en colaboración con el Círculo de Bellas Artes de Madrid y el patrocinio de la BBK, una exposición monográfica a uno de los artistas vascos contemporáneos más respetados por la crítica.
Vicente Ameztoy (San Sebastián, 1946-2001) transformó el panorama artístico vasco en la década de los años sesenta del siglo pasado. A través de su pintura supo pasar, al tiempo que otros artistas contemporáneos como Carlos Alcolea o Guillermo Pérez Villalta, del lenguaje abstracto imperante en su momento, a otro de carácter más figurativo, acompañado de un interés por la subjetividad, el misterio y la ironía. A pesar de su importancia, hasta la fecha sólo había sido objeto de una exposición monográfica, la que tuvo lugar en San Sebastián en 1990. Desde ayer y hasta el próximo 7 de junio, el Museo de Bellas Artes le rinde tributo en una muestra que es continuación de la que pudo verse en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el pasado otoño.
A través de las 53 pinturas que la componen, una veintena más de las que pudieron verse en Madrid, el público tiene la posibilidad de acceder a una lectura de conjunto de su trabajo a lo largo de toda su carrera, desde sus poco conocidos inicios en la década de los sesenta del siglo XX, hasta los últimos encargos realizados en fechas próximas a su muerte en 2001. Todo ello ha sido posible gracias a préstamos particulares, gracias a los cuales pueden admirarse ahora obras que, desde que fueran adquiridas por sus propietarios, raramente han podido ser contempladas públicamente.
Otro de los alicientes de la exposición es la presencia en la misma del ciclo de pinturas realizadas entre 1994 y 2001, por encargo de la familia Rodríguez Hernandorena, para la ermita de la granja de Nuestra Señora de Remelluri en Labastida (Álava), su último trabajo de gran calado. Además, puede contemplarse una amplia selección de su obra gráfica y cajas-collage y diversa documentación, como cuadernos de dibujo, folletos y libros.
Vicente Ameztoy tuvo una formación prácticamente autodidacta, aunque cursó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí conoció a Antonio López, cuya huella se aprecia claramente en algunas de sus primeras composiciones. Artista muy precoz, a los 14 años participó en exposiciones colectivas junto a grandes figuras de la generación anterior como Oteiza y Chillida, de los que obtuvo una cálida acogida. Un interés básico en toda su trayectoria es el del paisaje rural vasco, que reinterpreta y transforma en imágenes que, con el paso de los años, adquieren un tono inquietante. Algunas de sus mejores obras las realiza a finales de la década de 1970, con un mundo imaginativo donde sale a relucir su admiración por artistas como El Bosco y Richard Dadd y por literatos como Lewis Carroll o Jonathan Swift.
Estamos por tanto ante una gran oportunidad para redescubrir a un pintor singular, que supo incluso inspirar a cineastas como Julio Medem. En el acto de presentación de Ameztoy estuvieron presentes Gorka Martínez, director general de BBK; Valerio Rocco, director del Círculo de Bellas Artes de Madrid; Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes de Bilbao; Virginia Montenegro, viuda del artista; y Javier Viar y Miriam Alzuri, comisarios de la muestra y exdirector y jefa de Colecciones del museo bilbaíno respectivamente. A.R.R.