¿Una nueva Última Cena de Tiziano?
El historiador del arte y restaurador británico Ronald Moore podría haber localizado una pintura inédita del taller de Tiziano (hacia 1490-1576). De ser cierto el hallazgo, se trataría de una obra producida hacia 1560 que quedó inacabada y fue terminada después de la muerte del artista. Nos hemos puesto en contacto con Moore para que nos aclare algunos términos de su descubrimiento y procedencia así como de su adscripción no al maestro, sino a su taller.
El empeño de los historiadores del arte por dar a conocer obras inéditas –sobre todo cuando se trata de grandes maestros como es el caso que nos ocupa– tiene a veces su recompensa. Esto es lo que parece haber logrado el británico Ronald Moore, que habría localizado la que sería la última versión conocida de la Última Cena de Tiziano en una iglesia de la localidad inglesa de San Miguel y de Todos los Santos de Ledbury. Según el historiador, y a pesar del delicado estado de conservación de la pintura, esta se puede fechar en 1576, el mismo año de la muerte del veneciano. ARS MAGAZINE se ha puesto en contacto con él para conseguir más detalles sobre el hallazgo.
Su investigación, que ha durado más de tres años y que ha visto la luz en forma de libro –Titian’s Last Supper. Ed. Unicorn–, le ha llevado a documentar el cuadro en 1775 en poder del coleccionista inglés John Skippe. Gracias a la ayuda del profesor Charles Hope supo que fue adquirido en el Convertita, un convento en Giudecca (Venecia). No sería hasta 1909 cuando los herederos de Skippe lo donaron, ya en mal estado, a la iglesia de Ledbury. Moore, que también se ha ocupado de su restauración, considera esta Última Cena una obra de taller. Además aventura, por la calidad de los retratos de los apóstoles, que se trata posiblemente de un “retrato familiar” de los Vecellio; de hecho, parece que uno de los personajes de la izquierda de la composición podría ser el propio «Tiziano joven», asegura el historiador.
Moore, que también se ha ocupado de su restauración, considera esta Última Cena una obra de taller.
Hasta la fecha se conocen varias versiones del pasaje del Nuevo Testamento, muy similares en su composición al de la Cena de Emaús, que, en mayor o menor medida, se consideran, bien autógrafas del veneciano, bien salidas de su taller. La más temprana es la del conde de Yarborough, de hacia 1525-1530 y parece tratarse de la que estuvo en la capilla de los Pregadi en el Palacio Ducal de Venecia. La mayoría de los especialistas la consideran una obra de taller que sirvió de base para las versiones posteriores de la Cena de Emaús del Louvre –esta procedente de las colecciones de los Gonzaga y posteriormente del depuesto Carlos I de Inglaterra– y la National Gallery of Ireland de Dublín (hacia 1545).
De formato vertical es la Última Cena de la Galleria Nazionale delle Marche de Urbino (1542-1544), que en origen formó parte de un estandarte procesional junto a la Resurrección de Cristo de la Hermandad del Corpus Domini de dicha localidad.
Pero sin duda, la versión más célebre de todas es la que se conserva en El Escorial, pintada por Tiziano y su taller y enviada a Felipe II en 1564. El rey la entregó al monasterio en 1574 y se instaló en el refectorio (se conserva una copia en el Museo del Prado). Parece que fue recortada para adaptarla al testero de dicha sala, pudiéndose reconstruir su aspecto original gracias al supuesto boceto conservado en la milanesa Pinacoteca di Brera. En relación a la pintura escurialense debe señalarse también la que conserva la Casa de Alba en el Palacio de Liria de Madrid, fechada hacia 1550-1560.
Para Moore, el cuadro de Ledbury habría sido comenzado en el obrador de Tiziano hacia 1560 y finalizado y retocado después de su muerte en 1576. Esto explicaría la aparición de dicha fecha inscrita en el lienzo. A pesar de ello, su estilo, o al menos la parte finalizada «post mortem», no parece mostrar esa pincelada deshecha propia de las últimas creaciones producidas por su taller (a ello habría que sumarle la cantidad de firmas y fechas apócrifas que aparecen en muchos cuadros a él atribuidos). De momento solo conocemos la pintura a través de una imagen (aprovechamos para agradecer al historiador el habérnosla facilitado) que no permite estudiarlo en profundidad. Habrá que esperar a que los especialistas en el maestro se pronuncien, una vez hayan estudiado con detalle la obra, para dar respuesta a todas las incógnitas que ha despertado.