Una joya en el corazón de Valencia
No es fácil para los coleccionistas exhibir su colección porque, aunque parezca algo obvio, lo primero es tener un conjunto que merezca la pena exhibir y, en segundo lugar, y esto suele ser lo más complicado, encontrar un lugar adecuado para hacerlo. TEXTO: Fernando Rayón.
A Hortensia Herrero, esposa del presidente de Mercadona Juan Roig, le ha costado diez años no solo comprar unas piezas que mantuvieran la coherencia del conjunto, sino “siete años y diez meses” adecuar un edificio que estaba hecho unos zorros para mostrar un conjunto de arte contemporáneo de primera calidad.
El resultado ha visto la luz esta semana con sucesivas inauguraciones –algunas de ellas con invitados internacionales– para que todos pudieran comprobar no solo la belleza de los espacios recuperados, sino también la consistencia de lo expuesto.
“Empecé a coleccionar hace ya muchos años. Recuerdo que, en el primer aniversario de boda, le pedí a mi marido un cuadro. Y desde entonces la cosa ha seguido adelante. He comprado en ferias –incluida Abierto Valencia–, galerías –más de 23 obras proceden de galerías valencianas–, a particulares, directamente a artistas…”. Pero quizá lo que más llama la atención del Centro de Arte Hortensia Herrero Collection son las piezas diseñadas por los artistas ad hoc, para un sitio concreto del edificio.
Es el caso de Cristina Iglesias, Sean Scully, Jaume Plensa, Ron Arad, Olafur Eliasson o Mat Collishaw, entre otros. El palacio de Valeriola, un viejo caserón del siglo XVII que incluye ruinas romanas, visigodas e islámicas, ha renacido desde el subsuelo como si fuera un edificio contemporáneo al que se le hubiera permitido tener un pasado digno de ser respetado. ¡Y vaya si lo tiene!
Además, está ubicado en una de las zonas más céntricas de Valencia, lo que garantiza muchas visitas de los numerosos viandantes de la zona. Seguro.
¿Y del contenido qué? Alguien podría pensar que este nuevo centro es el capricho de una señora rica. Y lo último debe ser verdad, pues la inversión en la restauración del edificio y en la compra de obra ha superado los 40 millones de euros, “Algo que nunca me hubiera podido permitir sin los resultados positivos de la empresa (se refiere a Mercadona, claro)”.
El resultado son más de 100 obras de artistas de 16 nacionalidades. Hortensia, bien asesorada por todo el equipo que sigue ahora en el centro –encabezado por su director artístico, Javier Molins–, ha comprado muy bien. Y si sorprenden por su majestad los tres grandes Kiefer, las obras de Kapoor, El Anatsui, Hockney, Cruz-Díez o Gursky, también los bellos Miró, Calder o Chillida encuentran su sitio en esta maravilla de museo que según su dueña es “una joya en el corazón de Valencia”.