UNA ENIGMÁTICA FIGURA: ¿QUIÉN FUE?

UNA ENIGMÁTICA FIGURA: ¿QUIÉN FUE?

Fernández de Avellaneda. Vista y hechos del ingenioso hidlgo don Quijote de la Mancha que contiene su quarta salida. 1732- BNE. CERV Sedó / 4875

La Biblioteca Nacional expone una quincena de ejemplares, entre ellas la primera edición de El Quijote, del misterioso Alonso de Avellaneda

Se cumple ahora el quinto centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote, de Miguel de Cervantes. Un buen momento, a juicio de la directora de la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, y de Felipe Pedraza, de la universidad de Castilla-La Mancha, para recordar el otro Quijote, el de Alonso Fernández de Avellaneda. Este recuerdo se hace a través de una selección de 15 ediciones y de varios estudios críticos sobre la obra.

Los ejemplares se han colocado en tres vitrinas. En la primera, “Las primeras ediciones”, están tres de ellas. Las dos primeras son de 1614 y contienen el relato de la tercera salida del ingenioso hidalgo, la quinta parte de sus aventuras. Aunque parezcan lo mismo, no lo son. Una es el único ejemplar identificado como primer impreso original; el otro, es el considerado, hasta ahora, como el primero. ¡Claro!, para el normal visitante no es fácil descubrir las diferencias, pero existen.

Para empezar y aunque hoy nos pudiera resultar extraño, en aquella época se cuidaba más la primera edición que, solo si tenía éxito, daba lugar a la segunda, que se hacía con prisas para atender al mercado. Así hay errores, erratas y cambios gráficos, algunos de los cuales los expertos califican de burdos, como la palabra “compuesfto” en lugar de “compuesto“ o la separación entre líneas y letras. No hay duda de que el texto se compuso dos veces y en la misma imprenta, la de Felipe Roberto, en Tarragona . El tercer ejemplar, de 1732, narra la cuarta salida.

En la segunda de las vitrinas, “La aventura internacional del Quijote de Avellaneda”, se muestran sus cuatro traducciones: al francés (1714) por Alain-Rene Lesages en una versión extremadamente libre; al inglés (1705); al neerlandés (1706) y al alemán (1771). Las cuatro se ilustran con unos buenos grabados. La tercera vitrina, “Las últimas ediciones”, se ha reservado para 8 de ellas: desde la de Clásicos Castellanos (1972) a la de Luis Gómez Canseco, de la Real Academia Española 2014, pasando por la de Enrique Suaréz Figueredo (2008) o la de Milagros Rodríguez Cáceres y Felipe Pedraza, de la Diputación de Ciudad Real, (2014).

Alonso Fernández de Avellaneda. Nuevas aventuras del admirable don Quijote de la Mancha, traducidas el francés, 1704. BNE.
Alonso Fernández de Avellaneda.II tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, compuesto por el licenciado Alonso de Avellaneda de la Villa de Tordeillas. Imprenta de Felipe Roberto, 1614, Tarragona.

Pero, ¿quién fue Alonso Fernández de Avellaneda ¿ ¿Qué ocurrió con su novela? Todo un misterio y un enigma sobre la primera pregunta. Se puede deducir de su lectura que era un admirador de la literatura popular, de amplia cultura, conocedor de la literatura de su época y un hábil prosista y poeta. Se barajan nombres: Fray Luis de Aliaga, Cristóbal Suárez de Figueroa e incluso Francisco de Quevedo o Tirso de Molina. ¿Qué ocurrió con la novela? Pues que mientras se esperaba la segunda parte de El Quijote de Cervantes, cuya lectura tanto había divertido y que no llegó hasta 1614, Avellanada la escribió. ¿Tuvo éxito? Sí, hasta ese entonces, luego quedó olvidada. Volvió a editarse en 1732. La crítica dijo que poseía excelentes calidades pero muy inferiores a la de Miguel de Cervantes, es especial al humor. “No puede compararse con la del genio alcalaíno,  especialmente en cuanto a diseño de personajes y estilo”. En cualquier caso se recomienda su lectura.

Abierta hasta el 20 de septiembre. María Pura Ramos.