Una colección de pintura flamenca en La Suite
La casa de subastas barcelonesa celebra su próxima licitación el jueves 30 de marzo. Para esa cita, titulada Flandes. Colección particular ha reunido 78 lotes procedentes del mismo conjunto y todos con autores flamencos. La pieza con la valoración más elevada es San Jerónimo, atribuido a Catharina van Hemessen, que sigue el modelo de San Jerónimo en plegaria obra del padre de la pintora conservado en el Musei di Strada Nuova.
La Suite continúa con sus subastas temáticas el próximo 30 de marzo con una colección de 78 lotes de pintura flamenca. En esta ocasión, el hilo conductor de Flandes. Colección particular se debe a la provenance de las piezas. Beatriz du Breuil, directora de la sala, aclara que «se trata de una colección particular de Madrid, que durante años compró exclusivamente pintura flamenca y holandesa, con especial interés por la pintura sobre cobre».
La obra más destacada de la venta es el lote 22, San Jerónimo, un óleo sobre tabla atribuido a Catharina van Hemessen (Hacia 1527/1528 – después de 1578) gracias, en parte, a los restos de una firma en los que pueden leerse las dos últimas letras de su nombre de pila.
Esta pintora fue instruida por su padre, Jan Sanders van Hemessen (activo desde 1519 – hacia 1564/1566), con quien colaboró en encargos como el retablo de Tendilla, en el Cincinnati Art Museum desde 1953.
La influencia de la pintura italiana en la producción de este artista –de quien se conservan dos obras en el Museo del Prado: El cirujano o La extracción de la piedra de la locura y La Virgen con el Niño– apuntan a que hubiese podido viajar a este país en sus años de formación.
Aunque varios de sus hijos fueron pintores y partícipes de su taller, Catharina fue la más exitosa. Tanto ella como su padre gozaron de la protección de María de Hungría, gobernadora de los Países Bajos, hasta el punto de que Catharina y su marido la acompañaron en su traslado a España. Tras la muerte de la hermana de Carlos V en 1558, la pintora volvió a Amberes, donde está documentada en 1561.
Tal y como explica Du Breuil: «Solo se conocen diez obras firmadas y fechadas de la pintora, por lo que es muy emocionante que la nuestra pueda ser la undécima». Este San Jerónimo también es relevante por su iconografía, ya que en el entorno de Jan Sanders existió una especial fijación por los temas religiosos que reflejaban las tensiones entre la Reforma y la Contrarreforma.
De las obras salidas al mercado atribuidas a Catharina, la más relevante es Descanso en la huida a Egipto subastada en noviembre de 2013 en Lepertz con unas estimaciones de 25.000 a 28.000 euros y rematada en 420.500 euros. La Suite ha valorado su San Jerónimo, que conserva su marco original, entre 60.000 y 80.000 euros.
Le sigue el lote 27, un tríptico con un Cristo crucificado rodeado por la Virgen y san Juan Bautista como iconografía central, flanqueado por dos alas laterales que representan a san Agustín de Hipona y María Magdalena. A pesar de no contar con una atribución más allá de la de escuela flamenca del siglo XVI, su calidad ha justificado la segunda valoración más elevada de la jornada, con unas estimaciones que van de 65.000 a 75.000 euros.
A continuación, se encuentra el lote 28, La Anunciación de Willen van Herp (Amberes, hacia 1614 – 1677). El autor se especializó en escenas religiosas de pequeño formato y contó con un prolífico taller que le permitió prosperar en un entorno tan competitivo como fue Amberes en el siglo XVII. En sus composiciones toma influencias tanto de Rubens y Van Dyck como de Rafael o Seghers. Este óleo sobre cobre está valorado entre 36.000 y 45.000 euros y se subastó en Hampel en junio de 2014.
En un rango inferior de precios también podemos destacar el lote 29, Alegoría de Neptuno, de escuela flamenca de principios del siglo XVII –de 27.000 a 35.000 euros–; el lote 18, una pareja de retratos atribuidos a Willem van der Vliet (Delft, 1583/1584 – 1642) –de 20.000 a 35.000 euros–, o el lote 4, una Virgen con el Niño de escuela flamenca del siglo XVI (de 8.500 a 10.000 euros).
En definitiva, se trata de un amplio conjunto que representa todas las facetas de la escuela flamenca, desde la tensión contrarreformista al interés por el retrato, la mitología, la naturaleza muerta y el paisaje. Un recorrido desde el siglo XV al XVII del que estaremos muy pendientes.