Un van gogh de récord, reclamado por sus antiguos propietarios judíos
Los herederos del banquero Paul von Mendelssohn-Bartholdy han iniciado el proceso de reclamación de la versión de Los girasoles custodiada en el Museo de Arte Sompo en Tokio y perteneciente a la compañía de seguros japonesa Sompo Holdings. La pintura batió todos los récords cuando se adjudicó en subasta en 1987 por 39,9 millones de dólares. Los descendientes acusan a los nuevos propietarios de hacer caso omiso de la procedencia del cuadro, que el coleccionista judío vendió en 1934 presionado por el régimen nazi.
La versión de Los girasoles de Van Gogh del Museo Sompo de Tokio –que marcó un antes y un después en 1987 al pulverizar todos los récords del mercado– es objeto de la última de las reclamaciones presentadas por herederos de los afectados por el régimen nazi. Los descendientes del banquero judío Paul von Mendelssohn-Bartholdy han iniciado los trámites para recuperar la pintura vendida bajo las condiciones impuestas por el Estado alemán en 1934.
La institución que custodia la obra es propiedad de la aseguradora nipona Sompo Holdings. Según los demandantes, estos fueron «imprudentemente indiferentes» ante su compleja provenance. Von Mendelssohn-Bartholdy «nunca pretendió ceder ninguno de sus cuadros y sólo se vio obligado a hacerlo debido a las amenazas y presiones económicas del gobierno nazi» ha declarado la familia.
Mientras tanto, Sompo, para quienes Los girasoles son la pieza clave de su colección –donde llevan expuestos desde su adquisición hace 35 años– ha comentado que «rechaza cualquier acusación delictiva y se propone defender enérgicamente sus derechos de propiedad».
Los herederos han solicitado la devolución de la pintura o una compensación por daños y perjuicios de 750 millones de dólares.
Este van gogh representa uno de los hitos de la historia del mercado del arte en las últimas décadas del siglo XX. Marcó una ruta desconcertante en ese momento, cuadriplicando los anteriores récords, pero describió acertadamente el futuro del sector.
Sompo Holdings se hicieron con él por 39,9 millones de dólares en Christie’s en 1987, cuando se convirtió en la obra más cara subastada. Casi cuadriplicó el anterior récord, los 10,4 millones de dólares que el Museo J. Paul Getty pagó por La adoración de los Magos de Mantegna.
El resto de resultados de esa noche de finales de los 80 insisten en lo extraordinario del precio del van gogh, como los 4,1 millones de Fillette au Tablier Noir de Modigliani.
Si actualizamos el resultado teniendo en cuenta la inflación, equivaldría a unos 100 millones de dólares actuales. Una cantidad similar a los 117 millones de dólares de Verger avec cyprès de la colección Allen.
1987 fue el inicio de un momento dorado para Van Gogh, en el que todos los récords en subasta de las siguientes casi dos décadas fueron para sus pinturas. La escalada fue rápida. Pocos meses después de la venta de Los girasoles, Irises se adjudicó en 53,9 millones de dólares.
Tres años después, Retrato del Doctor Gachet se vendió por 82,5 millones y ostentó el título de obra más cara hasta que Picasso lo destronó en 2004 con Garçon à la pipe y sus 104,2 millones de dólares. Héctor San José.