Un tríptico de Pedro Machuca, pieza estrella en Alcalá Subastas
Atractiva oferta para los días 21 y 22 de marzo, con un destacado lienzo de Pijoán en contemporáneo
(Si quiere ver los resultados de la subasta, pulse aquí)
Con el interés al que nos tiene ya acostumbrados, Alcalá Subastas ha preparado una licitación muy coherente, que pienso gustará especialmente a los coleccionistas de pintura antigua en general, y de pintura española en particular. La obra que destaca por encima del resto, por calidad, complejidad simbólica y por su escasa presencia en el mercado, es un tríptico sobre tabla del toledano Pedro Machuca (h. 1490-1550), una de las “águilas del Renacimiento” como lo calificó ya en su tiempo Francisco de Holanda.
Tríptico de la Virgen María con Jesús en su regazo sobre fondo de paisaje; en las alas, en la parte superior y en hornacinas, san Roque y san Sebastián, y Eva y Adán, desnudos, en la parte inferior (53 x 35 cm, tabla central; laterales: 53 x 13,5 cm; medidas totales: 61 x 85 cm; lote 281, ver) es un buen ejemplo de ese punto donde el mundo renacentista aprendido directamente en Italia se diluye y comienza algo diferente que fue llamado manierismo. Adán y Eva aparecen en un oscurecido Paraíso, con una manzana cada uno, símbolo del pecado original; la magnífica figura de la Virgen, con un contraposto bellísimo, sostiene al Niño, que quitará los pecados del mundo, alusión que parece simbolizarse en el amanecer de la escena; y por encima, en oscuras hornacinas con veneras, Roque y Sebastián, los santos patronos contra la peste, posible materialización del pecado. No sería pues extraño que el tríptico, de reducidas dimensiones, fuese un encargo para la devoción privada como protección contra esa terrible enfermedad contagiosa y que conseguía diezmar a poblaciones enteras, o como acción de gracias.
Procedente de la colección P. Akermann y vendido en Sotheby´s en 1965 como Jan van Scorel, fue comprado en la misma sala en junio de 1971 y, poco después, en 1977, atribuido al maestro español por el especialista José Gudiol. Luego vinieron las publicaciones, por Buendía, Nicola Dacos y Ana Ávila, que confirmaron su mano y concretaron su posible fecha, desde el momento italiano para el primero hasta su inmediato regreso de Italia para Dacos. En buen estado de conservación, su atractivo precio por 40.000 euros será muy probablemente ampliamente superado…
Le acompañan tres buenas tablas, de las manos del Maestro de Palanquinos y de Bartolomé de Castro. Del primero, activo en León en el último cuarto del siglo XV y bautizado por Manuel Gómez Moreno en 1908 al ver su mano en seis tablas de la localidad de leonesa de Palanquinos, un buen Martirio de santa Catalina (temple sobre tabla, 133 x 69 cm; 277), dado a conocer por Post en 1953 (vol. XI), veinte años después de definir su personalidad (vol. IV). Su precio inicial, 30.000 euros, es la cantidad pagada en mayo de 2012 en esta misma sala por Llanto sobre Cristo muerto (ver) y ligeramente por encima de los 22.500 euros pagados en marzo de 2016 por su San Pedro y san Juan (ver).
Del segundo, Bartolomé de Castro, dos tablas por 11.000 euros cada una, con una alta calidad: un hipnótico San Antón (temple/tabla, 81 x 69 cm; 275) y una trabajada Visitación (temple/tabla, 81 x 76,5 cm; 276), que debieron pertenecer al mismo banco del retablo de San Juan Bautista de Requena del Campo (Palencia) que el San Pedro que salió a pujas en diciembre pasado por 9.000 euros y que se remató por 16.000 euros (ver).
En el apartado internacional destacaría dos líneas. La primera, que nos lleva a los Países Bajos, con dos importantes lienzos: un divertimento del reconocido Abel Grimmer, Los proverbios: el verdadero retrato de los abusos del mundo (O/L, 78 x 113 cm; 334), publicado como obra segura de su mano pero no firmada en el catálogo razonado de Reine de Bertier de Sauvigny, Jacob et Abel Grimmer. Catalogue raisonné (Bruselas, 1990; il. núm. 151, págs. 288 y 290), por 65.000 euros; y una Alacena (O/L, 84,5 x 118 cm; 333), firmada por Francisco Gysbrechts, que dado su estado de conservación sale a pujas por unos verdaderamente atractivos 20.000 euros.
La segunda de las líneas es la colonial, con un interesante retrato de Don Eugenio Alvarado, I Marqués de Tabalosos y VI Conde de Cartago (O/L, 203 x 154 cm; 341), de Escuela española o colonial del siglo XVII. La historia del personaje es fascinante y, dada su conexión con el Nuevo Mundo -donde su padre fue gobernador de Popayán (Virreinato del Perú), de Callao (el mayor y más importante puerto del Perú) y de la ciudad de Trujillo-, no sería extraña una puja apasionante desde los 20.000 euros iniciales.
De finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, se ofrece una pequeña colección de lienzos de pequeño formato, vinculados con el mundo valenciano. Especialmente interesante por lo inédito es la Inmaculada Concepción, h. 1780/4 (O/papel/L, 51,5 x 25,5 cm; 357) de Mariano Salvador Maella, probable boceto bastante acabado para su Inmaculada de la capilla de san Antonio de la iglesia de san Francisco el Grande. El resto son obras de los poco conocidos aún Francisco Llácer (352, 354 y 355), con una sorprendente Judith con la cabeza de Holofernes (356), Miguel Parra (353) y José Navarro (351).
El cambio de siglo esta vez tiene un nombre propio, Mariano Fortuny, una vez que acaba de clausurarse la fantástica exposición en el Museo del Prado. La sala presenta uno de los dos estudios conocidos para la impresionante acuarela de Il Contino del MNAC de Barcelona (ver). La acuarela (25,5 x 18 cm; 386) que se ofrece por apenas 4.000 euros, muestra el interés del catalán por captar no sólo la luz y el color sino también el movimiento del agua de la fuente que aparecerá detrás del personaje…
En pintura contemporánea, la obra más importante parece el lienzo de Joan Hernández Pijuán, Xiprer vestit de llum blanca 3, 2002 (O/L, 150 x 150 cm; 1114), procedente de la galería Soledad Lorenzo, de Madrid, donde estuvo expuesto en 2002 y en cuyo catálogo, Joan Hernández Pijuan. Detrás del ciprés está la montaña, aparece reproducido a color (pág. 18); los 35.000 euros pedidos no dejan de ser un precio atractivo para ese tamaño y esos años.
Para acabar la sección de contemporáneo, les recomiendo que vean con tranquilidad la inédita e impresionante colección de obras sobre papel de artistas españoles de la Escuela de París –publicadas en cuadernillo aparte, lotes 944 a 1039- que fue comprando a sus amigos a lo largo de los años el artista checo Ota Janecek. Verán piezas de Óscar Domínguez, Pedro Flores, un figurativo aún Manuel Viola, Baltasar Lobo, Joaquín Peinado o Hernando Viñes…, y unas sorprendentes tintas del ovetense Luis Fernández, entre otros. Miriam del Río