Un tesoro… ¿sin dueño?
Tras la anexión de Crimea a Rusia en 2014, la enemistad entre este extenso país y Ucrania –estado al que perteneció la península del Mar Negro– se ha incrementado. Ahora Holanda se ha visto en un aprieto, al poseer un tesoro arqueológico crimeo que le prestaron hace dos años y que debe devolver a su lugar de origen.
Finalmente, las autoridades holandesas han tomado la decisión de remitir las piezas a Ucrania –y no a Crimea–, lo cual ha originado una protesta generalizada por parte del gobierno ruso, en especial en el Ministerio de Cultura. Rusia defiende que, con la anexión del territorio, le pertenece también su patrimonio histórico; por eso considera que devolver estos restos arqueológicos a Ucrania es una violación a las leyes internacionales del Patrimonio Cultural.
El pasado 14 de diciembre, el Ministerio de Cultura de Rusia denunció a Holanda por su decisión de restituir las piezas a Ucrania (el país que se las cedió en 2014). También fue mala suerte que recibiese el préstamo justo un mes antes de la anexión. En cualquier caso, los rusos consideran que el tesoro crimeo pertenece a la tierra en la que fue encontrada, lugar al que realmente se vincula histórica y culturalmente.
El tesoro de la discordia estaba expuesto en la muestra Crimea: oro y secretos del Mar Negro del Allard Pierson Museum. Se trata de un conjunto de 500 piezas, muchas de oro y de piedras preciosas, que se remontan al siglo IV a.C. En su mayoría son armas y objetos de guerra repujados con filigrana, aunque también hay joyas, cajas chinas lacadas y cerámicas romanas del siglo I a.C. Los arqueólogos dicen que pertenece al pueblo escita.
El museo de Ámsterdam tuvo que prorrogar la exposición hasta finales de agosto del 2014, a la espera de que se solucionase el debate jurídico. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando se ha declarado la partida del tesoro para el estado soberano que lo prestó en un principio: Ucrania. La responsable de los museos de Crimea ha respondido que le parece injusto, además de considerarlo una posible amenaza para conflictos futuros.
El gobierno holandés ya ha apelado a la Convención de la UNESCO de 1970, donde se trata el asunto del tráfico ilegal del Patrimonio Cultural internacional, para gestionar la devolución a Kiev, considerada heredera de este tesoro. Ana Robledano Soldevila.