Un rubens de ocho a 30 millones de dólares
El próximo mes de mayo, Sotheby’s Nueva York ofrecerá una de las obras maestras de Pedro Pablo Rubens que aún permanecen en manos privadas. Se da la circunstancia de que Retrato de hombre como Marte fue adquirido en la misma casa en el año 2002 por 8,2 millones de dólares. Dos décadas más tarde, sus actuales propietarios pretenden recaudar una cifra entre los 20 y los 30 millones. Antes de su venta, la pintura se expone de manera excepcional en Bruselas.
Un rubens de ocho a 30 millones de dólares resulta un buen titular para un cuadro que, en poco más de 20 años, casi ha triplicado su valoración económica en el mercado del arte internacional. Con ello, tal vez aspira a alcanzar el mayor récord en ventas al que ascendió una pintura del flamenco: la Matanza de los inocentes, hoy en la Art Gallery de Ontario (Canadá). Rozó los 50 millones de libras cuando fue vendida en Sotheby’s Londres en 2002.
En los últimos meses estamos asistiendo al desmembramiento de la Fisch Davison Collection a causa del divorcio entre Mark Fisch, un fideicomisario del Metropolitan de Nueva York, y su ya ex esposa Rachel Davison. Ya en enero, Sotheby’s Nueva York puso a la venta diez de las mejores obras de la colección, por las que recaudó casi 50 millones de dólares. Entonces destacamos el San Bartolomé de Cavallino que adquirió la National Gallery de Londres.
También se puso a la venta una pintura de Rubens, Salomé con la cabeza del Bautista. Con una infundada procedencia de la colección real española –concretamente del Alcázar de Madrid–, pero de una sobresaliente calidad, se remató en 26,9 millones de dólares impuestos incluidos.
Ahora, la casa neoyorquina informa que será en mayo cuando ofrezca otro de los highlights de la colección Davison. Se trata de Retrato de hombre como Marte, una pintura datada en torno a 1620 que cuenta con una amplia bibliografía y se considera otra de las obras maestras del flamenco que aún permanecen en manos privadas. Aunque se desconoce la identidad del retratado, los investigadores han señalado que el casco que porta sobre la cabeza pertenecía a la colección personal del pintor. Quizás habría que considerar que se tratase de alguien próximo al artista. Con todo, el recuerdo de la famosa serie de los emperadores de Tiziano está más que presente en la pintura.
Respecto a su procedencia, se documenta por primera vez en Ámsterdam en 1827. Tres años después estaba en Reino Unido, donde en 1854 pasó a formar parte de la colección de los Rothschild. En poder de esta familia permaneció durante varias décadas, hasta que fue vendido en 1929 a Samuel Henry Kress. Sus herederos la conservaron hasta finales de la década de 1980. Fue en el año 2002 cuando pasó a colección del matrimonio Fisch Davison que ahora se está vendiendo en la Gran Manzana.