Últimos días para visitar Irreversible de Bene Bergado
La Sala Alcalá 31 mantendrá la exposición de la escultora abierta hasta el día 25 de este mes. Esta muestra, que incluye piezas de gran formato y diversas instalaciones pensadas específicamente para ese espacio, muestra el compromiso de Bergado con las consecuencias negativas de la industria alimentaria y sus efectos.
Más claro imposible: “Irreversible tiene que ver con la imposibilidad de volver atrás”, explica la artista. Fue el título de una exposición que hizo en 2004 y ha decidido reutilizarlo en esta ocasión para reflexionar acerca de la sobreexplotación de la Tierra y de lo que la industria, los alimentos, las farmacéuticas y también los políticos –de manera muy velada– están provocando con las decisiones que toman. “Al fin y al cabo, somos lo que comemos; la alimentación y todo lo que conlleva es un síntoma y un símbolo del modo en el que vivimos y nos relacionamos con el mundo”.
El proyecto, comisariado por la historiadora del arte Susana Blas, está dividida en dos partes. En la planta principal se encuentra el proyecto site specific que Bergado ha desarrollado para las instalaciones de la Sala Alcalá 31. Rodeada de una serie de lienzos y definiciones, centrada en el espacio, los visitantes pueden ver la gran instalación Trampa del bienestar. Es una nasa de pesca a escala humana, caracterizada sobre todo por un embudo de no retorno por donde “lo que entra ya no sale”. Además, llaman la atención unos “seres que son medio crisálidas, medio seres durmientes; seres atontados que representan ese estado del bienestar” atrapados entre las redes.
En la planta superior se presentan obras de menor formato que la artista ha desarrollado a lo largo de su carrera. Aquí aparecen varios lienzos y algunas esculturas, entre las que destacan cinco que reciben el nombre de “trampas”. Entre ellas, merece una especial mención Gliptoteca: es una larga estantería en la que, como representantes de su trayectoria, se pueden ver obras antiguas, procesos o libros que, en palabras de la comisaria, “mezclan las temporalidades y pueden ser resituados desde el ahora, y que sirven como una línea de tiempo de su trabajo”. Por último, destaca un vídeo en el que van apareciendo los nombres de los distintos elementos –aditivos, conservantes, etc.– que se incluyen en algunos de los alimentos que tomamos.
La intención de Bergado con esta muestra es “hacer referencia a esta gran amenaza de la que no se puede evitar tratar en este siglo, y que determina uno de los paradigmas de la transformación global a la que nos estamos enfrentando. En los próximos 30 años vamos a tener unas nuevas reglas de juego y posibles nuevas condiciones ambientales, climáticas y geológicas. En algunos casos podremos adaptarnos, pero en otros las consecuencias pueden ser irreversibles”. Alfonso Echevarne