ÚLTIMOS DÍAS PARA VER A AD REINHARDT EN LA FUNDACIÓN JUAN MARCH

ÚLTIMOS DÍAS PARA VER A AD REINHARDT EN LA FUNDACIÓN JUAN MARCH

ÚLTIMOS DÍAS PARA VER A AD REINHARDT EN LA FUNDACIÓN JUAN MARCH

El domingo 16 de enero termina la primera exposición dedicada en España al artista norteamericano, que cuenta con un total de 118 obras entre las que se incluyen cuadros, dibujos y otro material gráfico y documental.


Recorrer la muestra El arte es el arte y todo lo demás es todo lo demás es asistir a un proceso que a simple vista, puede parecer de simplificación. Los cuadros muestran cada vez menos figuras y menos colores, mientras que sus dimensiones aumentan. Al acabar, el espectador contempla una serie de obras que recuerdan vagamente a los lienzos de la Capilla Rothko (quien tuvo, de hecho, a Reinhardt como uno de sus referentes).

Sin embargo, este recorrido por las salas de la Fundación Juan March va mucho más allá; se trata de una búsqueda de la purificación del arte, de una evolución hacia la esencia misma. Al menos eso es lo que quería lograr el pintor y escritor de Búfalo con su trabajo y lo que refleja esta exposición que es, además, la mayor retrospectiva del pintor neoyorquino en Europa.

Adolph Dietmar Friedrich Reinhardt (Búfalo, Nueva York, 1913-Nueva York 1967) luchó contra la abstracción imperante en su tiempo, fomentada en parte por la American Abstract Artist (AAA) fundada en 1936. A su juicio, se estaba tildando al movimiento de un academicismo que resultaba poco estimulante y nada auténtico. Por eso él abogaba por una abstracción mucho más radical.

Eso explica su evolución pictórica, perceptible en el recorrido cronológico de la muestra, que presenta desde sus primeros cuadros –donde vemos figuras que pueden recordar a elementos de la realidad– hasta sus últimos trabajos (compuestos únicamente de cuadrados dispuestos en lienzos de grandes dimensiones y realizados con gruesas pinceladas). En las primeras producciones de estas características vemos cómo le siguen acompañando los colores: el blanco y un verde amarillento en una de las obras, o distintos tonos de azul y verde en otras. Incluso colores rojizos y rosáceos que se confunden entre sí en un tercer grupo. No obstante, las últimas pinturas ya solo lucen tonos muy similares entre sí que se aproximan al negro.

Lo que ocurrió es que Reinhard, a medida que avanzó su carrera, se fue despojando de todo aquello que pudiese tener relación con la realidad. Primero se deshizo de las formas que recordaban el mundo en que vivimos, sustituyéndolas por cuadrados y rectángulos. Posteriormente, rechazó también los colores, hasta llegar a esas últimas obras en las que resulta complicado distinguir figuras o tonos.

De estas últimas, sus ‘pinturas negras’, escribe la comisaria invitada de la exposición Lyn Zelevansky: «Hay algo misterioso, incluso místico, en los lienzos negros cuadrados de Ad Reinhardt. Concebidos para la contemplación, se van revelando con el paso del tiempo».

En este desvestirse de la forma y el color, persigue la ansiada pureza de la pintura. No en vano se le considera pionero del arte conceptual. Del mismo modo, estos últimos cuadros sirven para entender por qué se dice que es precursor del minimalismo, pues expresa con un número cada vez más reducido de elementos esa idea de que la pintura es pura materia pictórica. Nada más.

Para enriquecer y ampliar la perspectiva que se ofrece de Ad Reinhard, esta exposición combina la parte dedicada a sus cuadros con la denominada «…y todo lo demás es todo lo demás». Esta división responde a un postulado del propio autor, que defendía la necesidad de separar la esfera del arte de la esfera de la vida. En esta última vemos al artista en su faceta de escritor, ensayista, profesor y viñetista.

También hay un espacio para el Reinhardt más político y crítico, especialmente con el mundo del arte y con la forma de mirarlo, estudiarlo o entenderlo. En ese sentido, destacan obras expuestas como la ilustración How to look at a spiral (1946).

Esta gran retrospectiva del pintor norteamericano podrá verse hasta este domingo, 16 de enero, en la Fundación Juan March de Madrid. Sofía Guardiola.