Tres monedas rematadas por más de 200.000 euros
La brusca irrupción del Covid-19 ha afectado también a varios eventos del mundo numismático. Cayón Subastas ha suspendido hasta nuevo aviso las subastas previstas para los días 20 y 21 de marzo. Y el Salón Internacional de Numismática, que debía haberse celebrado hace unos días en Barcelona, organizado por la Asociación Numismática Española, también fue cancelado. Pero sí podemos dar cuenta de los remates de las dos subastas que sí pudieron llevarse a cabo.
El pasado 5 de marzo se celebró la subasta de Jesús Vico con amplia asistencia y participación. Los resultados arrojaron muy buenas cifras generales con algunos remates muy llamativos que comentaremos a continuación, aunque algunos lotes no fueron vendidos, especialmente en la parte inicial de la subasta, la colección de moneda antigua. Hubo casi una docena de piezas adjudicadas en más de 5.000 euros, destacando: un rarísimo denario ibérico de Kelse que salía en 12.000 se remató en 15.500 euros; el también rarísimo duro de Santiago de 1753 que salía en 35.000 se fue a 38.500 euros; un tremis de Recaredo que se adjudicó en 24.000, doblando el precio de salida; y un buen ejemplar de 100 pesetas de Burgos de 1937, un billete excepcional, que se adjudicó en 13.000 euros.
De esa primera parte de moneda de Hispania antigua, la normal general fue la venta en la salida y sin grandes incrementos (las piezas menos exigentes rondaba los 100 euros, y los ases más bonitos entre los 200 y los 400 euros), aunque sí hubo algunos lotes que tuvieron más recorrido como un escaso cuadrante de Sisapo que desde la salida de 300 euros se fue hasta los 1.500. El apartado de moneda visigoda, siempre presente en esta casa, sí fue una de las partes más exitosas logrando ventas notables. Así mencionábamos en la previa un tremis de Recaredo y otro de Chindasvinto cuyas salidas eran 12.000 euros; el primero se remató en 24.000, el doble, mientras que el segundo no encontró comprador. También citábamos otro ejemplar de Chindasvito y Recesvinto con 10.000 de salida, finalmente se remató en 12.500 euros. Pero hubo otro par de ejemplares que subrayan el auge de nuevo de este campo; un Égica que salía en 6.400 se fue hasta los 9.000 euros, y otro ejemplar de Égica y Witiza que salía en 3.500 fue muy disputado superando el doble de dicho valor y zanjando la puja en los 7.250 euros.
Por otro lado, los seis áureos romanos también se vendieron sin grandes sobresaltos (salían entre los 1.200 y los 4.000 euros), y de los sestercios que citábamos, medio centenar, sí encontraron comprador los que estaban por debajo de los 1.000 euros de salida, viendo algunos no vendidos en los que superaban esa cifra (algunos más escasos y de más calidad). Naturalmente también hubo algún remate que cautivó la atención de varios coleccionistas, como un Adriano que salía en 600 euros y se fue hasta los 1.400.
Por último, en moneda española, resaltábamos dos grupos de onzas de 8 escudos; las que tenían una salida por debajo de los 1.000 euros, y otras que oscilaban entre los 1.500 y los 2.500. Casi todas encontraron comprador, siendo escasas las que se remataron por debajo de 1.000, siendo la cifra más generalizada para las de ese tramo inferior la venta entre los 1.000 y los 1.100. Hubo algunas ejemplares bonitos que arrojaron notables resultados: una onza de 1751 de Santiago que salía en 2.500 se fue hasta los 5.250 euros; otra de 1761 de México que salía en 6.000, se adjudicó en 7.000; otro 8 escudos de Lima de 1808 que tenía una salida de 4.500 se fue a 5.250.
Una semana más tarde, nos citó en Barcelona la casa Áureo&Calicó, que celebró la subasta aunque no pudo acompañarse por la convención numismática, como hemos indicado previamente. El remate era excepcional, con numerosas piezas importantes y rarísimas. En general arrojaron resultados acordes con esta rareza, fuertes ventas con apenas el 5% de los lotes no vendidos.
Hubo más de 35 lotes por encima de los 10.000 euros de adjudicación, pero hay que mencionar, especialmente, los cuatro lotes con seis dígitos -todos ellos extraordinarios y rarísimos-: los 4 escudos de Segovia de 1708 (Felipe V) que salían en 45.000 euros se dispararon hasta los 140.000 euros; una onza redonda de México, la primera que salía con fecha de 1711, tenía un precio inicial de 150.000, se disputó el remate hasta zanjar la venta en 215.000 euros; la segunda onza redonda que salía, la de 1714, desde el mismo precio de salida, se fue hasta los 240.000 euros; por último, la onza de Luis I de 1724 de Segovia, desde el mismo precio de salida de 150.000, no escatimó interés, zanjándose la puja golpeando el martillo en 230.000 euros. Fue algo extraordinario, que indica que el mercado numismático español interesa a nivel internacional, sobre con piezas tan raras y llamativas.
Además pueden mencionarse otras piezas. El Enrique de la silla de Jaén que salía en 18.000, se adjudicó en 28.000 euros; el duro de Madrid de Felipe IV de 1663, triplicó su salida, rematándose en 75.000 euros; la onza segoviana de 1652 (Felpe IV), desde los 30.000 se vendió en 36.800; el escudo de México de 1714 que salía en 15.000, se remató en 28.000; el morabetino portugués de Sancho I, se vendió en 17.000 (salida 15.000). E incluso alguna otra moneda llamativa, como el 4 escudos de México, redondo, de 1711 (la pareja de una de las raras onzas redondas mencionadas), se vendió en 67.500 euros (salía en 45.000); una onza de Sevilla de 1762 (Carlos III) se remató en 52.000 euros desde la salida de 30.000; los 8 escudos de Madrid de 1747 que salía en 25.000, se adjudicó en 46.000 euros.
De la subasta general, también hubo pocos lotes no vendidos, aproximadamente el 5%. Las piezas ibéricas que llamaban la atención se remataron razonablemente; los más normales que salían entre los 100 y 200 euros, alrededor de los 200 y 300 euros; y los mejores que salían entre 750 y 1.000, también rondaron los 1.000. Aunque hubo algún lote que superó las expectativas, como un dracma de Sagunto que desde los 900 de salida se fue hasta los 3.200 euros, o el denario de Arecoratas, que desde los 200 se fue hasta los 900. El 8 reales de Reyes Católicos de Sevilla que salía en 600, dobló la misma adjudicándose en 1.200. Los duros columnarios más normales, sin grandes exigencias de conservación ni rarezas, que oscilaban las salidas entre los 175 y los 300 euros, se vendieron, por lo general, entre los 200 y 400 euros.
Habrá que esperar a la esperada subasta de Cayón que ha tenido que posponerse. La comentaremos en su momento. Ahora deseo que pasen estos extraños días de la mejor forma posible y nos mantengamos sanos. Juan Cayón