Toya Viudes de Velasco: «Le debo a Rosario mostrar todo lo que hizo, si no será olvidada»
La exposición Rosario de Velasco, fue un sueño y el gran proyecto de Toya desde que se mudó a Madrid a estudiar periodismo. Tras infinidad de intentos consiguió rescatar del olvido a su tía abuela a través de un plan que comenzó en X (anteriormente Twitter) para descubrir el paradero de los lienzos que hoy cuelgan en las paredes del Museo Thyssen de Madrid. En esas salas pudimos conversar con ella sobre este curioso viaje y su trabajo en la muestra.
*¿Cómo surgió el proyecto de recopilar y reunir las obras de Rosario y qué significó para la familia?
*El germen de todo es el cuadro que cuelga en la primera sala de la exposición, Lavanderas. Lo pintó en 1934 y lo presentó a la Exposición Nacional de ese año. Esa vez no tuvo la misma suerte que dos años antes, cuando ganó la segunda medalla con Adán y Eva. Como había pasado desapercibido, en 1936 se lo regaló a su hermano, mi abuelo Luis, por su boda. Desde entonces lo tuvo mi familia. Primero estuvo en la casa de mis abuelos en Valencia; yo lo recuerdo cuando iba a verles de pequeña. Después pasó a Murcia, ya que mi abuela quedó viuda y estaban mi madre y otra hermana viviendo allí.
*¿Quién era Rosario para usted en aquel entonces?
*Tuve la suerte de que mi abuelo dejara Las lavanderas en herencia a mi madre. Podría haber ido a parar a cualquier otro hermano y entonces ella no habría tenido tanto peso en mi vida. Siempre decía «qué bien pintaba la tía Rosario». Esto lo sabíamos, pero en mi casa no dejaba de ser una más de la familia. Cuando vine a estudiar periodismo a Madrid, mis padres me dijeron que me pasase por el Reina Sofía porque había otro cuadro suyo.
*¿Y fue?
*Claro. Entonces se exponía en la sala número 13, aún me acuerdo. Allí fue dónde vi Adán y Eva junto con obras de Dalí y de otros autores importantísimos. Empecé a preguntarme qué habría pasado para que cayese en el olvido una pintora presente entre otros artistas consagrados en el museo de contemporáneo más importante del país.
*¿Qué ocurrió tras esa revelación?
*Supe que tenía que recuperarla. Hice un primer intento en Murcia, donde vivo. Acudí con fotos de las obras a todos los que pensé que podrían ayudarme con el proyecto y les conté la historia. Pero todo quedó ahí porque me fui 10 años a vivir a Colombia. Aún así mi afán por volver a sacar a la luz a mi tía no desapareció. Pero este proyecto necesitaba tiempo.
*¿Cuándo lo retomó?
*Al volver a Murcia. En el pueblo donde vivo conocí al otro comisario de esta exposición, Miguel Lusarreta, que tenía mucha experiencia siendo gestor cultural y tenía los contactos que yo necesitaba. Hicimos algunos intentos que no salieron y propuso presentar el proyecto al Thyssen. A mi eso me sonaba a locura, no pensaba que nos fuesen a hacer caso. Sin embargo, lo hicimos y a los dos días estábamos reunidos con Guillermo Solana y con su compromiso de llevar a cabo la muestra.
*Una vez tuvieron el sí, ¿cómo lo pusieron en marcha?
*El museo nos preguntó por cuántas obras teníamos localizadas. Sabíamos el paradero de unas cuantas. Lo más sencillo eran las que estaban en colecciones públicas, las de la familia y algunas de colecciones particulares de gente muy cercana a nosotros. Pero cuando decidimos que esta exposición iba a tratar solamente los primeros años de la trayectoria de Rosario, de 1920 a 1940, supimos que nos hacían falta más cuadros. Había algunos imprescindibles por su importancia, como Gitanos.
*¿Cómo lo resolvieron?
*Al ser periodista y haber utilizado las redes sociales en mis años en Colombia, se me ocurrió hacer una campaña en X (antes Twitter). Y funcionó. La búsqueda no ha sido solo mía, ha sido algo colectivo y eso es muy bonito. La gente me ayudó mucho y me daba ideas de quién podía tener los cuadros. Hemos recuperado a Rosario entre todos.
*¿Cómo fue bucear en el pasado de tu familia?
*Muy bonito. Fíjate que yo antes, por pereza, firmaba Toya Viudes, ahora firmo Toya Viudes de Velasco (ríe). Es un orgullo tener a una artista en la familia, pero sobre todo lo es por la mujer que fue. He aprendido mucho, pero aún tengo que aprender muchísimo más de mi tía abuela. Hay una frase que decía, y que yo me empeñé en que estuviera en la exposición, que era «donde no ha podido llegar otro, puedo llegar yo». Es algo que he tenido siempre en mi cabeza, pero ahora más que nunca.
*¿Cómo ha vivido la familia esta investigación y puesta en valor?
*Ha sido una fiesta. Mi familia es muy grande y lo primero que hice fue sentarme con mi madre y hacer nuestro árbol genealógico. Después comencé a llamar preguntando por los cuadros a todo el mundo, desde los tíos más mayores hasta los parientes más jóvenes. Les contaba lo de la exposición en el Thyssen y alucinaban. El día de la inauguración estábamos aquí todos los Velasco súper orgullosos. Le pregunté a la hija de Rosario qué hubiera pensado su madre de todo lo que estaba pasando y me respondió que «hubiera estado muy feliz, porque cuando era ya muy mayor siempre decía que no había tenido el reconocimiento que se merecía».
Sin embargo, presentamos el proyecto y a los dos días estábamos reunidos con Guillermo Solana y con el compromiso de realizar la exposición.»
Hemos recuperado a Rosario entre todos»
Ella hubiera estado muy feliz, porque siempre me decía cuando era ya muy mayor que no había tenido el reconocimiento que se merecía»
*También mencionó que les hubiera gustado encontrar para esta exposición dos obras en concreto, El baño y El circo. ¿Qué tienen de especial estas obras? ¿Hay otras que les interesen y que aún no hayan localizado?
*Según las crónicas de la época, El baño fue el primer gran éxito de Rosario. Además es un cuadro precioso, de una madre bañando a un bebé en una palangana. Pero no sabemos nada de él, ni siquiera las medidas. Solo conservamos una foto en blanco y negro. Por otro lado, la importancia de El circo es que fue a una de las bienales de Venecia. Eugenio d’Ors, gran amigo suyo, eligió el cuadro para presentarlo en una las reuniones que organizaba en sus salones. Era algo que hacía habitualmente con muchos artistas. También escribió un texto precioso titulado Rosariana para acompañarlo.
*En un proyecto como el que ha llevado a cabo hay que ser perseverante, ¿verdad?
*Pues sí. Hubo momentos en los que yo hubiera abandonado. Una exposición así, y más en un lugar como el Thyssen, necesita mucho trabajo y tiempo. En algunos momentos estuvo en la cuerda floja, no por el proyecto pero sí por la fecha, y a mí me daba miedo que si se caía se perdiese otra vez el trabajo hecho. Así que me levantaba cada mañana convencida de la necesidad de que apareciesen los cuadros. De hecho, sigo igual.
Algo muy interesante de este grupo y que además ha sido una de las enseñanzas más bonitas que me he llevado de este proyecto es que daba igual lo que pensaras, habían amigas que estaban en las antípodas ideológicamente hablando pero se apoyaban»
*Rosario además perteneció a un grupo de pioneras en una época difícil para las mujeres en España. ¿Cómo surgió ese grupo de creadoras e intelectuales en los años 20 y 30?
*A Rosario se la engloba en las Sin sombrero, que fue un grupo que luchó por la igualdad en esa época de la generación del 27 (en la que fueron muy conocidos los hombres, pero muy olvidadas las mujeres). También formaban parte del mismo artistas como Maruja Mallo, Ángeles Santos y Delhy Tejero o escritoras como Carmen Conde. Eran una piña, lo tenían tan difícil en esos años que la única manera para salir adelante era estar juntas.
*¿Defendían los mismos ideales?
*No necesariamente. Algo muy interesante de este grupo, y que además ha sido una de las enseñanzas más bonitas que me he llevado de este proyecto, es que daba igual lo que pensaran. Había amigas que estaban en las antípodas ideológicamente pero se apoyaban.
*¿Por ejemplo?
*María Luisa León, que fue del Partido Comunista, era íntima amiga de Rosario, que era cercana a otras ideas. Se respetaban y se querían mucho. Estamos sacando a esas mujeres del olvido y espero que en un futuro cuando hablemos de la generación del 27 también pongamos en nuestra boca nombres de mujeres que fueron igualmente importantes.
*Después de que finalice esta exposición, que reúne 63 pinturas de Rosario, ¿se plantea hacer otras muestras en el futuro?
*Sin duda. Ella misma le decía a mi madre en una época tardía, donde comienza a abandonar un poco la figuración y comienza a explorar y tratar otros temas, «ahora sé pintar». Le debo a Rosario mostrar todo lo que hizo, si no será olvidada. Hizo muchas cosas más de las que hemos enseñado. Tenemos cartas que ella enviaba a sus padres diciéndoles «aquí en Barcelona no me conoce nadie». Imagínate que eres una artista con una carrera fulgurante, que estás en la Sociedad de Artistas Ibéricos, que viajas con tu arte y de repente hay una guerra y te parte la vida y tienes que volver a empezar de cero.
*¿Continuó trabajando después del conflicto armado?
*Siguió pintando, aunque ya no tuvo esa fuerza y esa constancia que había tenido. Pero conservamos todas las reseñas de las importantísimas salas en las que expuso, que documentan lo gran artista que fue después del periodo que hemos expuesto. Entendemos que el Thyssen no era el sitio para enseñar esto, pero yo siempre pienso que en España hay mil lugares, mil museos.
*¿Tiene alguno en mente?
*Tengo la idea de acudir a alguna sala de exposiciones especializada en ilustraciones para poder mostrar su trabajo en esa línea, de la que tenemos muchísima obra.
*Justo han aparecido un par de dibujos suyos en la última subasta de Durán…
*Sí, me pone muy feliz que se la esté valorando de esta manera. Estoy muy agradecida con los propietarios y con el Thyssen, ha sido el mejor escaparate para su arte.
Pues este proyecto me ha llegado cuando he estado preparada, no solo para encontrar los cuadros, sino para abarcar todo el trabajo de comisariado. Creo que siendo más joven no lo hubiera estado.»
*¿Cómo fue para usted y para Miguel Lusarreta hacer la selección de obras?
*Este proyecto me ha llegado cuando he estado preparada, no solo para encontrar los cuadros, sino para abarcar todo el trabajo de comisariado. Creo que siendo más joven no lo hubiera estado.
*¿Qué retos tuvieron a la hora de hacer la muestra y cómo ha sido la colaboración con el Museo Thyssen?
Trabajar con el Thyssen es un éxito seguro, es uno de los mejores museos del mundo entre otras cosas porque cuenta con algunos de los mejores profesionales del sector. Cualquier duda que teníamos nos la solucionaban, ha sido facilísimo trabajar con ellos. Guillermo Solana entendió que si estábamos sacando del olvido a Rosario teníamos que aprovechar ese empujón y programaron la exposición en un año, cuando suelen estar mucho más tiempo incubándose y eso es algo que les tengo que agradecer.
*También ha intervenido el gabinete de restauración del museo, ¿no?
*Sí, han hecho un trabajo impresionante. Muchas obras en colecciones particulares necesitaban una limpieza para eliminar la pátina del paso del tiempo. Han recuperado su lustre.
*¿Qué siente al recorrer las salas de la exposición?
*El otro día hablaba con mi prima y le decía, «allá donde esté, tu abuela estará contenta» y ella me decía, «no, si mi abuela está aquí». Y tenía razón. Rosario está aquí y me encanta venir. Esto es un remanso de paz frente a tantas peleas y problemas que hay fuera. Es un hueco para encontrar la serenidad en estos tiempos tan convulsos. Cada vez que vengo me emociono. Roberto Ponce López