Todos los retratos de la Virgen de Guadalupe

Todos los retratos de la Virgen de Guadalupe

La exposición Tan lejos, tan cerca permanecerá abierta hasta el 14 de septiembre en las salas C y D del edificio Jerónimos del Museo del Prado. Comisariada por los profesores mexicanos Jaime Cuadriello (UNAM) y Paula Mues Orts (INAH), está patrocinada por la Fundación Amigos del Museo del Prado y la empresa Rassini.

Imagen y apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe José Juárez. Óleo sobre lienzo. 1656. Monasterio de sor Maria Jesús de Ágreda, Ágreda (Soria).

Dedicar toda una muestra en exclusiva a la Virgen de Guadalupe puede parecer un empeño peligroso por la repetición de motivos e imágenes que pueden darse.

Sin embargo, Tan lejos, tan cerca. Guadalupe de México en España no cansa, pues además de ofrecer una mirada sobre el papel de la guadalupana como imagen revelada –objeto de culto y símbolo de identidad en el ámbito hispano–, también muestra una mirada inédita sobre las relaciones artísticas entre América y Europa en los siglos XVII y XVIII. De igual modo, hace un repaso sobre cómo fue reinterpretada, reproducida y venerada en ambos continentes.

La muestra reúne casi 70 obras procedentes en su mayoría del patrimonio español. Ha contado con destacadas piezas novohispanas para narrar la importancia de la imagen de la Virgen de Guadalupe y su consagración como icono trasatlántico devocional, además de político.

Entre las obras hay pinturas, grabados, esculturas y libros, un conjunto que deja constancia de cómo esta figura religiosa, surgida en el cerro del Tepeyac en 1531, trascendió las fronteras novohispanas para convertirse en una presencia poderosa en el imaginario colectivo español.

El recorrido arranca con una cartografía visual que documenta la sorprendente densidad de imágenes guadalupanas distribuidas por toda la geografía española (entre otros lugares, nada menos que en 18 catedrales). Esta dispersión responde a factores económicos, sociales y políticos como el comercio con las Indias, la minería y el trasiego de funcionarios virreinales.

Las piezas presentes en el Prado reflejan la transmisión del relato guadalupano mediante modelos narrativos y visuales estandarizados; la genealogía formal de la imagen y su conexión con iconos marianos europeos como la Inmaculada o la Tota Pulchra; su condición de «pintura no hecha por mano humana», emparentada con el concepto del Deus pictor; y la sacralidad de su manto, concebido como reliquia viva y objeto de veneración. También se incluye un contrapunto con la pintura peninsular contemporánea, revelando afinidades y disonancias estilísticas con escuelas como la madrileña y la andaluza.

Particular interés despiertan las secciones dedicadas a la vera effigie, copias exactas o variantes tocadas a la original, que eran reproducidas con técnicas artísticas especializadas. Asimismo, destaca la presencia de materiales exóticos —nácar, marfil, latón— llegados a través del llamado Galeón de Manila, que muestran la proyección global de la imagen más venerada de la Cristiandad y su inserción en las redes transoceánicas de intercambio cultural.

Tercera aparición de la Virgen de Guadalupe. Atribuido a Juan Correa. Óleo sobre lienzo. Hacia 1690-1700. Hermanas de la Compañía de la Cruz, Sevilla.

Tan lejos, tan cerca. Guadalupe de México en España incluye en el Museo del Prado obras de artistas novohispanos y peninsulares como José Juárez, Juan Correa, Manuel de Arellano, Miguel Cabrera, Diego Velázquez, Francisco de Zurbarán o Francisco Antonio Vallejo, entre otros. Un conjunto que traza un mapa artístico y simbólico de la devoción guadalupana vigente desde el siglo XVII hasta principios del XIX.

Virgen de Guadalupe. Atribuido a José de Ibarra. Óleo sobre lienzo. Hacia 1751. Colección particular, Sevilla.

Esta virgen contaba con una leyenda piadosa, pero, ante todo, era un icono revelado cuya estampación a partir de flores sobre el inaudito soporte de una capa de tela burda hizo que los teólogos comparasen el fenómeno con la transubstanciación de misma Eucaristía.

También fue objeto de inspecciones por parte de los artistas, para tratar de entender su técnica y conservación milagrosa, interpretadas como signo de su carácter sobrenatural.

Imagen y apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe de José Juárez conservada en el monasterio de Sor María de Jesús de Ágreda en Ágreda (Soria), es la imagen más antigua de la Guadalupana en la muestra. No solo muestra el primitivo marco de plata que tuvo la imagen original, sino también la relación que muy pronto se estableció entre la corte española, a través de la célebre monja, y la devoción a la Virgen de Guadalupe.

Y no dejen de comprar el catálogo: otra de las joyas de la muestra por sus colaboraciones e imágenes.

Virgen de Guadalupe. Taller hispanofilipino Marfil policromado y latón. Siglo XVIII. Museo Arqueológico Nacional, Madrid.