Este miércoles, anteayer, durante la subasta en la casa madrileña de Ansorena, asistimos a un hecho verdaderamente inusual. El Estado ejerció su derecho de tanteo, igualando como siempre la última oferta hecha por los coleccionistas, sobre nada menos que ocho lotes, de los cuales ya sabemos el destino de cuatro de ellos e intuimos el de un quinto.