En la edición de diciembre de la calle Alcalá no se cumplieron del todo los pronósticos y es que una de las piezas centrales el calvario en marfil de Francisco Pallás y Puig no encontró esta vez comprador, ni otras piezas citadas en escultura y mobiliario, pero pese a todo se produjeron notables ventas que sin duda animaron la última licitación del año.