La arqueología está consiguiendo sólidos resultados en los últimos meses. Eso sí, siempre que hablemos de piezas más o menos arquetípicas. Hay ciertos mercados en los que los coleccionistas se obsesionan con un restringido número de tipologías, esto resulta en luchas encarnizadas para conseguir un objeto perteneciente a dichas categorías y en ventas problemáticas para todo aquello que se salga de la “norma”. En cuanto a las piezas verdaderamente excepcionales, únicas o con referencias en los grandes museos, el resultado puede ir en ambas direcciones, es evidente que la expectación será grande, pero si se acompaña de unas estimaciones demasiado optimistas puede conllevar el fracaso de la venta. El objetivo de casas de subastas y galerías debería ser “aleccionar” al público, para que desarrolle un gusto más rico y diverso en este área.