Siete bocetos de Rubens en Bilbao
El Museo de Bellas Artes de la capital vasca acoge desde la semana pasada, dentro de su programa anual La Obra Invitada, nada menos que varios bocetos de Pedro Pablo Rubens pertenecientes al musée Bonnat-Helleu de Bayona. Se trata de seis obras preparatorias para las pinturas de la Torre de la Parada y una séptima relacionada con la serie de tapices de la Eucaristía de las Descalzas Reales. La exposición, que cuenta con el apoyo del Banco Santander, podrá verse hasta el 22 de enero de 2023.
La relación entre Pedro Pablo Rubens y Felipe IV se inició durante los primeros años del reinado de este. Desde la llegada al Alcázar de Madrid, a principios de la década de 1620, del primer lote de pinturas para decorar la Torre de la Reina –se recolocarían poco tiempo después en el Cuarto Bajo de Verano del monarca– la recepción de obras del flamenco para decorar los palacios reales no cesó.
Cuatro años antes de su muerte –Rubens contaba entonces con 59 años–, el rey le encomendó a través de su hermano el Cardenal Infante uno de sus mayores encargos, 60 pinturas de temática mitológica con destino a la Torre de la Parada, un pabellón de caza en el monte de El Pardo que Juan Gómez de Mora acondicionó para recibir este importante ciclo. Inspirado en las Metamorfosis de Ovidio y estructurado en varios ciclos, el hilo común fue la presencia de escenas cinegéticas y de recreo. Para poder dar respuesta al encargo, el pintor pintó todos los bocetos sobre tablas de roble de pequeño formato que distribuyó entre los oficiales de su taller en Amberes. Gracias al excelente funcionamiento de su obrador, el conjunto estuvo terminado y colocado en 1639.
Mientras que las pinturas se conservan prácticamente en su totalidad en el Museo del Prado, la suerte de los bocetos fue distinta. 36 de ellos pasaron a la colección de la duquesa de Pastrana-Infantado después de 1704 y otros nueve lo harían en algún momento entre 1737 y 1773. Todos ellos acabarían recalando en el Prado un siglo más tarde. Los demás se dispersaron y aparecieron en diversas subastas a lo largo de los siglos XVIII y XIX, momento en el que fueron adquiridos por diversas instituciones como el musée Bonnat-Helleu de Bayona, que atesora seis. A ellos hay que sumarle un séptimo modello, este último preparatorio para uno de los tapices de la serie de la Eucaristía encargados por Isabel Clara Eugenia en 1625 con destino al monasterio de las Descalzas Reales de Madrid.
Con motivo de las obras de modelación y ampliación del museo francés –fue construido entre 1896 y 1898 por el arquitecto Charles Planckaert para dar cabida a las colecciones adquiridas por la localidad en la década de 1830– el Museo de Bellas Artes de Bilbao muestra hasta enero de 2023 las tablas del flamenco dentro del programa anual La Obra Invitada. Respecto a los bocetos para la Torre de la Parada pueden verse Apolo y Dafne (el cuadro del Prado lo realizó Theodoor van Thulden); Cupido y Psique (pintado por Erasmus Quellinus y en la actualidad fragmentado); Escila y Glauco (perdido); Hércules descubriendo la púrpura (también pintado por van Thulden); Pan y Siringa (perdido); y Diana y Endimión (perdido).
Junto a ellos, se expone también El profeta Elías recibiendo pan y agua de un ángel, preparatorio para uno de los mencionados tapices de las Descalzas. Además y para poner rostro a los protagonistas, se muestran tres estampas de Paulus Pontius sobre composiciones de Rubens que representan respectivamente al pintor, a Felipe IV y a Isabel Clara Eugenia.
Bocetos de Rubens en el musée Bonnat-Helleu de Bayona ha sido posible gracias al apoyo de la Fundación Santander y al asesoramiento científico de Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte hasta 1700 del Museo del Prado. Podrá visitarse hasta el próximo 22 de enero de 2023.