Récord en Europa: un Klimt de 100 millones

Récord en Europa: un Klimt de 100 millones

El retrato Mujer con abanico de Gustav Klimt, valorado en 74 millones de euros por Sotheby’s, se ha convertido en el récord para una subasta en Europa con un remate de casi 100 millones. El lote, que estaba asegurado con un guarantee, atrajo la atención de hasta cuatro pujadores. La cita en la que se ofreció recaudó un total de 230 millones de euros.

Ya tenemos el primero y, sin duda, mejor de los resultados de las subastas de Londres. Vamos primero con los datos, luego seguirán los «peros». Mujer con abanico, el último cuadro que pintó Klimt, se ofreció el pasado martes 27 de junio en Sotheby’s con una valoración de 74 millones de euros. La obra contaba con un guarantee, un recurso que asegura la venta de la pieza aunque ningún pujador se interese por ella y, por tanto, elimina la tradicional incógnita de las subastas: la pieza se iba a adjudicar pasase lo que pasase, la pregunta era si habría algún otro interesado.

Hubo suerte, y cuatro pujadores –dos en la sala y dos por teléfono– lucharon por el cuadro. La ganadora por 85 millones de euros –casi 100 millones con las tasas–, tal y como ha informado The Art Newspaper, fue Patti Wong, célebre asesora de arte que antaño presidió la división asiática de Sotheby’s. Wong representaba a un cliente establecido en Hong Kong.

Esta venta supone un nuevo récord para un lote subastado en Europa. Klimt ha desbancado a Giacometti, cuyo L’Homme Qui Marche I se adjudicó en la misma casa por 75 millones de euros en 2010. Además, dado que la recaudación de la subasta que protagonizaba Mujer con abanico fue de 230 millones de euros –la segunda más elevada para una misma cita de la historia del continente– sus casi 100 millones de remate suponen poco menos de la mitad del total.

Gustav Klimt. Mujer con abanico. Imagen cortesía de Sotheby's.

En mi artículo Un Klimt de 74 millones al rescate del mercado, hablaba de la importancia de las citas de finales de junio y principios de julio para determinar si, como parecen indicar algunos signos de desgaste en los meses recientes, estamos ante una corrección del mercado.

Con los datos de los párrafos anteriores, podemos pensar que se ha esquivado una bala y, en cierta medida, ha sido así. Desde luego, lo más relevante fue la guerra de pujas, aunque fuese modesta (teniendo en cuenta la categoría de la pieza). El uso de guarantees ha provocado dudas acerca de lo acertado en la valoración de los lotes. Si no hay más que un interesado podemos llegar a la conclusión de que se ha podido sobrevalorar la pieza en cuestión.

El resto de la celebración de esta venta es discutible. Seguimos con una tendencia que pone la mayoría de la presión para obtener un buen resultado global en un número más reducido de lotes. Ya ocurrió en Nueva York con Basquiat y ha vuelto a pasar con Klimt en Londres. Cabe preguntarse si es un modelo sostenible a largo plazo –o si hay alguien pensando en el largo plazo– y qué significa que las piezas «de segunda» que, con el ascenso del mercado a los resultados de cientos de millones, ya son lotes valorados en varios millones.

La semana que viene las citas de maestros antiguos no tienen ningún Botticelli que las catapulte (a pesar de la presencia de obras realmente interesantes desde el punto de vista histórico-artístico). Gracias a esa ausencia, la del lote que coparía todos los titulares, es posible que podamos tener una visión más clara de lo que ocurre.

Mientras tanto, tenemos la noticia de este récord –que ya sabíamos que iba a producirse– y de la segunda mejor subasta de la historia de Europa; ambas contabilizadas, como es habitual, sin tener en cuenta ningún cálculo inflacionista (una de las asignaturas pendientes del sector). Héctor San José.