¿Quién pintó el último autorretrato de Gauguin?

¿Quién pintó el último autorretrato de Gauguin?

Una investigación del francés Fabrice Fourmanoir ha hecho que se cuestione la autoría del supuesto último cuadro que el artista realizo de sí mismo. Las hipótesis que se barajan son varias: que fuese hecho por un amigo al que enseñó a pintar o bien que se trate de un trabajo a cuatro manos entre los dos.

La imagen de Gauguin que habitualmente tenemos en la cabeza se ha forjado a base de los autorretratos que el autor hizo, como Autorretrato con Cristo Amarillo o aquel en el que aparece con sombrero, de fondo, en El espíritu de los muertos vela. En todos ellos se muestra con gesto pensativo cuando no inquisidor, bigote prominente y una gran mata de pelo, además de cierto aura arrogante.

Sin embargo, en el último cuadro donde se representó –o, al menos, el que hasta ahora se tenía por su trabajo más postrero–, le vemos envejecido, incluso vulnerable. Ya no parece tan seguro de sí mismo, tiene el pelo entrecano, la barba algo descuidada y su carácter parece mucho más sosegado. Como ya se intuía en la obra que pintó de sí mismo en 1885, parece que la arrogancia de la juventud ha desaparecido.

Siempre se había pensado que este último autorretrato –conservado en el Kunstmuseum de Basilea– fue pintado por el francés en 1903, año de su fallecimiento. Pero, ¿se encontraba Gauguin lo suficientemente fuerte como para ser capaz de hacerlo? Parece poco probable, puesto que ya sufría achaques. De hecho, en febrero de ese mismo año escribió una carta a un amigo donde le confesaba que “apenas había tocado un pincel en tres meses”. Poco después, en mayo, fallecería.

Precisamente este es uno de los motivos que han llevado a Fabrice Fourmanour a cuestionar la autoría de la obra. No es la primera vez que este investigador que vivió en la Polinesia Francesa plantea dudas con respecto a un trabajo de Gauguin, pues hace tiempo que desenmascaró una escultura falsa suya por la que el Getty Museum había pagado cinco millones de dólares.

Fourmanoir empezó a dudar del cuadro, que por cierto no está firmado, cuando escuchó los testimonios del hijo de Ky-Dong Nguyen Van Cam, amigo del artista. Este había oído en numerosas ocasiones a su padre decir que el autor postimpresionista le había enseñado a pintar y que, teóricamente, fue él mismo quien realizó la escena ahora en entredicho, tomando una fotografía como referencia. Siempre según la versión de Van Cam, el cuadro se habría realizado años después del fallecimiento de Gauguin.

Paul Gauguin, "Autorretrato con gafas". 1903. Foto: © Martin P. Bühler/Kunstmuseum Basel.

Hasta ahora nunca se había cuestionado la autoría del lienzo, pero ahora el Kunstmuseum Basel ha decidido investigar y analizar en profundidad la pieza. Pero, ¿hasta dónde puede rastrearse su origen? El primer registro documental data de 1923, dos décadas después de la muerte de Gauguin. En aquel momento, el lienzo era propiedad de Louis Grélet, un comerciante y fotógrafo suizo que, como Ky-Dong Nguyen Van Cam, había conocido al artista en las Islas Marquesas.

'Autorretrato con retrato de Bernard, “Les Misérables”', Paul Gaugin, 1888. Museo Van Gogh.

En el reverso todavía se conserva una nota de papel donde Grélet escribió: «Me la dio en Atuona en 1905 el manifestante anamita Ky-Dong, quien la recibió del propio maestro». Es decir, la persona que le entregó el cuadro no fue el artista, sino el hombre que Fourmanoir considera su autor. Según la teoría del investigador francés, el dueño del supuesto último autorretrato de Gauguin era conocedor de la verdad, pero habría falseado su autoría para subastar el lienzo en Sotheby’s y obtener un mayor beneficio.

Todavía hay otra hipótesis, y es que fuese pintado a cuatro manos entre el maestro y su alumno. Algo que parece sugerir Grélet en una carta enviada en los años 60 al Kunstmuseum Basel, donde relata que Ky-Dong comenzó a pintar en el estudio de Gauguin un retrato suyo, que sin embargo terminó el propio artista.

No hay evidencias de que ese lienzo conjunto al que se refiere el comerciante suizo exista, ni de que sea la obra que ahora se está analizando. Es una de las teorías que tendrán que esclarecer los conservadores del museo cuando investiguen la pieza y la sometan a los estudios técnicos oportunos. Sofía Guardiola