NÚMERO 17 | ENERO-MARZO 2013

35,00 

Velázquez y el Inquisidor; 100 años de la reina Nefertiti; Simbiosis por Rafa Forteza; la colección de Patricia Phelps de Cisneros; entrevista a Zaha Hadid; Dan Flavin; Museo Ningbo; los retablos de Jorge Inglés en el Hospital de Buitrago; en el estudio de Conrad Shawcross.

Categoría: Revista

Descripción

CUATRO AÑOS DESPUÉS

Todo empezó en el número dos de ars cuando Javier Portús, Conservador de Pintura Española del Museo del Prado publicó un artículo sobre el San Juan Bautista en el desierto del Art Institut de Chicago confirmando la autoría de Velázquez. Un artículo, por cierto, que provocó la adhesión unánime de los especialistas en el pintor sevillano. Luego vino el de Benito Navarrete sobre laInmaculada conservada en la Fundación Focus Abengoa. Su cambio de opinión –de Alonso Cano al joven Velázquez– cerraba un debate que había provocado ríos de tinta. Le siguió Jonathan Brown con el Retrato de caballero recuperado de los almacenes del Metropolitan de Nueva York, cuadro que hoy se exhibe temporalmente en el Prado. Después vino el de John Marciari sobre La educación de la Virgen; toda una novedad en el corpus velazqueño que provocó quizá la reacción más airada en la prensa. Su restauración en curso ya está haciendo cambiar de opinión a los que dudaban de su autoría. Y finalmente publicamos, hace apenas un año, el ensayo de Peter Cherry sobre el Retrato de un desconocido que apareció en una subasta y que atribuyó al maestro. Hoy, restaurado, nadie duda tampoco sobre él.

Cumplimos ahora cuatro años. Cuatro años apasionantes. En el camino se han quedado otros supuestos cuadros del sevillano que no tenían todos los papeles en regla. Pero prometimos cuando presentamos la revista que daríamos una vuelta a Velázquez y a Ribera. Lo hemos cumplido. Carmen Garrido presenta en este número una novedad casi absoluta. Un velázquez perdido desde que August L. Mayer y José López-Rey lo publicaron en sus catálogos. Un velázquez impresionante no solo por la personalidad del retratado –Sebastián de Huerta Secretario de Felipe IV para el Tribunal de la Santa Inquisición–, sino porque pertenece a una de las etapas menos conocidas del pintor, la que va desde su llegada a la Corte hasta su primer viaje a Italia. El apoyo técnico muestra las lecciones de un maestro del que, por supuesto, aún no se ha dicho la última palabra. Una buena noticia para un buen aniversario.

Por Fernando Rayón

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