Descripción
Durante el siglo XVII, la advocación de la Virgen de Atocha cosechó un gran éxito entre altos dignatarios como Cesar Monti –nuncio en Madrid entre 1630 y 1634–, quien mandó hacer una copia de la imagen para llevársela a Italia. Ahora ha reaparecido en Perugia y el profesor Navarrete se la atribuye a Juan Bautista Maíno.
Por Benito Navarrete Prieto