Descripción
Tras la Primera Guerra Mundial, Viena pasó de la Belle Epoque a la depresión, de la euforia a la decadencia, en cuestión de décadas. Uno de los artistas que mejor reflejó ese período fue Gustav Klimt. Figura de referencia del simbolismo europeo por sus imágenes sobre el amor y la muerte, lideró además la Secesión vienesa. En septiembre, la Fundación Beyeler inauguró una muestra en la que rinde homenaje a este movimiento y a sus seguidores, como Egon Schiele y Oskar Kokoscha.
Por Franz Smola