Descripción
Pocas veces educar la mirada ha sido tan fácil como en el caso de Jaime Ruiz Orfila. La pasión de su padre por la escultura policromada despertó en él una curiosidad temprana hacia los clásicos, un gusto que completó en la Escuela de Arquitectura, cuando descubrió con entusiasmo las vanguardias. Su casa muestra la armonía entre ambas tendencias.
Por Sol G. Moreno