Descripción
En el último tercio del siglo XVIII los amores entre majos y majas dominaron la cartelera teatral madrileña. Bailarines de bolero y tonadilleras se convirtieron en figuras públicas, y la aristocracia se entregó por completo al universo plebeyo que denominamos ‘majismo’. Un complejo fenómeno reflejo de los nuevos usos y costumbres que habita igualmente en el arte de Goya, Camarón, Castillo o Paret.
Por Alejandro Martínez Pérez