Descripción
La primera vez que Sargent viajó a España quedó impresionado por el flamenco y las bailaoras. Años más tarde, sus numerosas estancias por las ciudades de la Península –desde el pirineo catalán hasta Granada– e incluso Mallorca, le mostraron nuevos paisajes, jardines, monumentos y escenas costumbristas que inmortalizó a través de sus obras. Este es su diario viajero de nuestro país, al que regresó durante tres décadas.
Texto: Cristina Domènech