Descripción
En 1688 llegaba a Madrid una escultora ya madura que aspiraba a alcanzar el éxito en la corte de Carlos II. Cuatro años más tarde presentó al rey un San Miguel venciendo al demonio. La proeza con la que fue realizado la catapultó a la fama y la obra fue llevada a El Escorial. Tres siglos después y tras una profunda restauración, la escultura ha recuperado su esplendor y ahora puede admirarse en la Galería de las Colecciones Reales.
Texto: Catherine Hall-van den Elsen Fotografía: David Blázquez