PETER DOIG RENIEGA DE UNA PINTURA QUE SE LE ATRIBUYE
Pocas veces pasa: que un artista sea llevado a juicio acusado de pintar su propia obra. Lo normal es que suceda al revés: que le acusen de falsificación. Pues bien, en el curioso caso de Robert Fletcher contra Peter Doig, el artista ha tenido que subir al estrado para renegar de una pintura que se le atribuye. “No recuerdo haberla pintado”, manifestó el pasado lunes en un tribunal de Illinois, según explica The New York Times. El abogado William F. Zieske defiende que la pintura adquirida por su cliente en 1976 es original del autor escocés.
La obra objeto del litigio es un paisaje rocoso firmado como “Pete Doige, 76”. Durante esta semana, ha tenido el dudoso honor de exponerse –caballete incluido– en un tribunal para que juez, jurado y demás asistentes lo contemplen. Según el abogado del propietario, la rúbrica contiene erratas, pero eso no le quita calidad a la tela. “Se trata de una obra maestra pintada por alguien con talento artístico”, defendió Zieske. No lo ve así el abogado del pintor, quien acusa a los dueños de la obra de intento de estafa, pues no han aportado “ningún documento o testigo que demuestre la autoría de Doig”.
Cinco años han pasado ya desde que comenzó el conflicto entre el propietario de la obra –que quiso venderla– y su supuesto autor. Antes de que se efectuase la venta, el artista nacido en Edimburgo envió a un fotógrafo para tomar imágenes del lienzo y ahí vinieron los problemas. Porque no la reconoció como suya. Ante la negativa, Fletcher demandó al artista por mentir y obstaculizar la venta, que podría llegar hasta los 10 millones de dólares si se confirmase que es autógrafa del Premio Turner. Por todo ello le exige a Doig cinco millones de dólares en compensación por los daños; además, pretende que el tribunal confirme la autenticidad de la obra.
Según la versión del dueño de la pintura, conoció personalmente al artista en la década de los 70, cuando este asistía a la Universidad de Lakehead en Ontario (Canadá). Años más tarde volvió a coincidir con él en el centro de detención para el que trabajaba como oficial de prisiones y donde supuestamente Doig estuvo preso. Fletcher afirma incluso que fue su agente de la condicional y que le ayudó a encontrar trabajo. Fue en ese momento cuando compró la pintura, un óleo sobre lienzo sin título por el que pagó 100 dólares.
Doig, por su parte, niega toda esta información. El pasado lunes acudió al tribunal para explicar que nunca ha estado en la Universidad de Lakehead y mucho menos en el correccional de Thunder Bay. Asimismo, manifestó que en 1976 tenía 17 años y vivía en Toronto con sus padres. Durante su comparecencia también aludió al que, cree, es el verdadero artista: un tal Peter Edward Doige. Él sí asistió a clases universitarias en Lakehead y pasó por el correccional. Por desgracia, falleció en 2012 y solo se ha podido hablar con su hermana.
¿Peter Doig o Pete Doige? El juez emitirá hoy por la tarde su veredicto, tras una semana escuchando testimonios. Decisión delicada, sin duda, pues de ese nombre depende que la obra sea millonaria o no. Sol G. Moreno