PALIMPSEPTO, REFLEXIÓN DE DORIS SALCEDO SOBRE LA EXCLUSIÓN
El pasado viernes se presentó en el Palacio de Cristal de Madrid la exposición Palimpseto, organizada por el Museo Reina Sofía y que es un proyecto concebido por la artista colombiana Doris Salcedo (Bogotá, 1958), que parte de una puesta en escena escultórica para investigar sobre la violencia política y el sufrimiento que tienen muchas personas que son excluidas de poder tener una vida digna.
La escultora colombiana, Premio Velázquez de las Artes Plásticas en 2010, siempre se ha preocupado por tener a una reconstrucción de historias de seres que orbitan en los márgenes de la vida, casi erigiéndose en una vanguardista al servicio de las víctimas, desarrollando una “poética del duelo”, porque Doris Salcedo cree que es una de las acciones más humanas que existen porque así se puede devolver la dignidad y la humanidad arrebatadas.
Su último trabajo conceptual, bajo el título de Palimsepto, coordinado por Soledad Liaño y Suset Sánchez, sigue la estela de dos instalaciones anteriores: Plegaria Muda y Shibboleth, que también ahondaba en la violencia y en las brechas entre diferentes realidades. Los tres trabajos conceptuales, incluido Palimpseto ofrecen una experiencia sensorial para el espectador al establecer una relación casi corporal, al ocupar casi toda la superficie del Palacio de Cristal, de cuyo suelo surgen gotas de agua que lentamente se van uniendo hasta formar nombres de hombres y mujeres que han perecido en el mar cuando intentaban llegar a Europa atravesando el Mediterráneo. Una crítica acerada a la indiferencia de muchos europeos.
En todo el proyecto late una preocupación por la visibilidad e invisibilidad de las víctimas y el desvanecimiento de miles de miles de seres humanos en nuestra memoria. En este trabajo la artista colombiana ha contado con la ayuda de un equipo multidisciplinar de ingenieros, arquitectos, e investigadores de diferentes disciplinas que junto a ella a devolver la identidad a vidas truncadas en el Mare Nostrum para que este drama humano no se desvanezca del todo en la memoria colectiva, al hacer perceptible el dolor sin necesidad de ser explícito.
Su objetivo quizá sea que Palimpsesto se perciba como un contra-monumento, huyendo de la conmemoración de los memoriales, como un espacio en el que van apareciendo y desapareciendo nombres que muchas veces no se pueden leer, pero que simbolizan vidas concretas que se esconden tras ellos pero que han sido truncadas para siempre como podemos observar en fotos e informativos de televisión cotidianamente en los naufragios de pateras en las costas mediterráneas. La muestra permanecerá abierta hasta el 1 de abril de 2018.