La esperada licitación con las obras del Sr. Roca vinculado al caso Malaya se salda con unas ventas por valor de unos 550.000 euros, en lo que a pintura y escultura se refiere
Al final, a pesar de los buenos resultados obtenidos en Fernando Durán en la subasta del día 29, resultó que el Sr. Roca también se equivocó con las obras de arte que fue comprando. En líneas generales, y aunque no podamos valorar su alcance exacto pues sus piezas estaban diseminadas a lo largo de todo el catálogo sin indicación alguna, si atendemos a lo que comentaba a EFE (ver vídeo) la directora de la sala, Paloma Durán, la venta ha sido algo menor que lo esperado.
Por encima de los litigios y de las procedencias, en este espacio interesan las obras y sus precios alcanzados. Y en este sentido destacó con luz propia Jorge Oteiza, el gran creador vasco que no termina de arrancar en el mercado internacional… Para muchos de nosotros fue una muy grata sorpresa ver cómo su Composición experimental, c. 1957, un collage sobre cartulina de apenas 21 x 31,5 cm (lote 648) pasó en pocos segundos de los 18.000 euros iniciales hasta adjudicarse nada menos que por 35.000 euros a un teléfono; si los datos no fallan, es la pieza sobre papel más cara hasta el momento, superando los 28.000 euros pagados en Ansorena en enero de 2008 por Composición (collage, 31 x 22 cm), de esta misma serie… Se lo llevó un coleccionista que pujaba contra dos, y que logró hacerse también incluso con su Autorretrato como Don Quijote (serie figuras nº 3), 1978-89, un carboncillo (29,4 x 20 cm; 676), que se disparó de 6.000 a 16.000 euros.
Parte importante del grueso de las ventas, como comentamos en el artículo de previos (leer) se debió a obras de los integrantes de El Paso. De Manuel Hernández Mompó salían a pujas varios buenos lienzos de 1965 de formato mediano y un precio atractivo. Y así, Estoy si veo (48,5 x 75 cm; 636) subió de 7.500 a 10.000 euros mientras Sin título (15 x 60 cm; 684) subió desde la salida, 8.500, hasta los 12.000 euros; más abstracto por ser de 1962, por Calles de un mercado (A/T, 50 x 16,5 cm; 651) se pedían 10.000 euros, que fueron excesivos y no hubo interesados. De Lucio Muñoz, su tardío Madul, 1986 (Tm/T, 90,5 x 73 cm; 685) se vendió por la salida, 10.125 euros; mucho más interesante era el pequeño estudio de apenas 23 x 17 x 2 cm de 1966: Proyecto para el Foreing Office (699), que habiendo iniciado sus pujas por 4.250 terminó rematándose por unos buenos 8.000 euros, que hablan de alguna manera de la calidad que atesoran muchas de sus piezas. Y de Manolo Millares, su gouache Sin título, 1968 (36,2 x 43,5 cm; 682) se adjudicó por 6.000 euros, mientras el superior Sin título, 1959 (acrílico, aguada y lápiz/papel, 49,5 x 65 cm; 683) no se vendió en sala el día de la subasta, pero sí al día siguiente en posventa por los 13.000 euros que marcaba la salida.
Apartado importante de la subasta era la escultura, con abundantes obras de calidad y precios elevados, con el riesgo que eso siempre conlleva pues cuesta especialmente su venta hoy día. Sorprendió la subida hasta nada menos que 18.000 euros del bronce con cobre y madera de Eduardo Arroyo, Deshollinador VIII (Ramoneur), 1980 (PA de 7 ejemplares, 47,5 x 24 x 24 cm; 669), que partía de 10.500 euros; su menor Ramoneur, 1985 (aceros varios, PA 4/7, 64,5 x 45 x 115 cm; 670) se vendió por los 6.000 euros iniciales. Y de Pablo Serrano, Monumento a Miguel de Unamuno, 1967 (bronce, 50/87, 24 x 9,4 x 8,5 cm; 764) subió de 700 a 4.000 euros, mientras Unidad Yunta cerrada, 1975/6 (mármol negro de Bélgica, 22 x 20 x 22 cm; 766) pasó de 1.500 a 3.0000 euros.
En cambio, no hubo interesados en la típica Familia de Carlos IV, 1968 (13/50, 53 x 70 x 38 cm; 668, 33.000 euros) de Equipo Crónica, ni en la magnífica Naixement de Valentina, 1988 (232 x 275 x 275 cm; 702, 30.000 euros) de Susana Solano, que representó a España en la Bienal de 1988, ni en el policloruro de vinilo Le tétrascopique, 1971 (26/45+5HC, 96 x 44 cm; 638, 25.000 euros) de Jean Dubuffet ni en Pour ma Jolie (Guitar), 1982 (EA 2/2+8+2PA, 94 x 46 x 15 cm; 732, 14.000 euros) de Arman; sinceramente, una pena.
Y ya que estamos con piezas internacionales, debemos mencionar varias. La primera, por importe: 19.000 euros se ofrecieron en postventa, y fueron aceptados por el vendedor, por Paisaje de Bruselas, c. 1940 (O/T, 33,5 x 41,3 cm; 609) de Joaquín Torres-García. El boceto de la performance en la galería Soledad Lorenzo en 1997, Sculpture 5 in two parts de Paul McCarthy, que salía a pujas como Sin título, 1994 (acuarela, tinta, ceras y lápiz sobre papel, 49,7 x 70 cm; 729), expuesto en la Fundación ICO en 2004, subió de 3.500 a nada menos que 6.500 euros. Buena venta obtuvo también, al subir desde 4.000 hasta 8.500 euros, la atormentada acuarela con Cabeza de mujer, 1990 (57 x 77 cm; 597) de Oswaldo Guayasamín. Y los dos dibujos con pelo humano y sintético sobre papel del colombiano Gabriel de la Mora también se vendieron: por 2.750 euros, Myshka, 2005 (743) y por 2.500 Retrato de Miguel Ángel Morales de la Mora jugando… (Serie Niños jugando), 2005 (745). Por último, ya en nuestro país, sorprendió la subida hasta 7.000 euros de Pelikan III, 1996 (A/L, 220 x 201,5 cm; 780) del catalán Xavier Grau.
El otro gran grupo de obras especialmente interesantes eran las pertenecientes a la Escuela de París, en sentido amplio, que obtuvieron buenos remates. Los resultados hablan por sí solos. De Francisco Bores se ofrecía un simplificado Souvenir de Séville, 1956 (O/L, 72,5 x 91,5 cm; 621); se había subastado en Sotheby’s Londres en junio de 2011 con una estimación de 20,000 a 30,000 GBP, pero no hubo interesados. Ahora se ofrecía por 27.000 euros, y en ese mismo precio se vendió a un comprador en sala. En cambio, no hubo interesados por los otros dos buenos lienzos, que se habían subastado en la misma licitación londinense: ni Enfant et vielle femme, 1934 (O/L, 65 x 54 cm; 623) por 15.000 euros (estimación en 2011: 15,000 a 20,000 GBP) ni Enfant en bleu, 1942 (O/L, 75 x 59 cm; 624) por 19.000 euros (estimación en 2011: 18,000 a 25,000 GBP).
De Ismael González de la Serna hubo dos ventas que debemos reseñar; la primera, por los 24.000 euros que se pedían, se adjudicó el biombo de cuatro paneles Le marché aux puces, 1947 (El mercado de las pulgas) (O/T, 204 x 99 cm aprox. c/u; 596), y también por los 3.500 euros iniciales un buen Desnudo, 1939 (O/cartón, 63 x 49,5 cm; 588). Bodegón cubista, 1970 (O/L, 38 x 61,2 cm; 595) de Joaquín Peinado se vendió por la salida, 7.000 euros. Y por el pequeño pero atractivo Desnudo triangular (O/T, 20 x 10 cm; 614) de Manuel Ángeles Ortiz hubo un notable interés, y de 2.750 pasó a 6.000 euros ofrecidos en sala; menor, su Mujer desnuda en un sofá, 1935/40 (acrílico, ceras y lápiz/T, 18,5 x 11,7 cm; 610) se vendió por la salida, 2.750 euros.
No hubo ventas de pintura antigua relevantes, así que terminamos con el fin de siglo, donde el cordobés Julio Romero de Torres es una voz propia. Aunque se ofrecían dos piezas con un interés menor, al ser dos retratos, se vendieron ambos: Retrato de Carmen de Burgos. Colombine, c. 1925 (O/L, 60,2 x 56 cm; 599), subió dos pujas hasta adjudicarse a un teléfono que daba 20.000 euros, el mismo precio que se pedía y en el que se vendió Retrato de D. Rafael Ybarra Belmonte (O/L, 125 x 80 cm; 1193). Con o sin caso Malaya, las facturaciones hablan por sí mismas. Buen verano. Daniel Díaz @Invertirenarte