Obra Abierta de Bleda y Rosa en el Museo de la Universidad de Navarra
Ayer se inauguró en el Museo de la Universidad de Navarra la exposición Geografía del tiempo, un viaje fotográfico de la mano de María Bleda (Castellón, 1969) y José María Rosa (Albacete, 1970), que, sin ser una retrospectiva de los últimos 25 años, sí tiene ese aire de mosaico de una manera de concebir la fotografía como un viaje a través del espacio y del tiempo e historia, que requieren de la complicidad y esfuerzo del espectador de esas casi 200 piezas que se exhiben en la exposición. Hay en el trabajo un realismo crítico sobre el relato institucional de la historia, pero sobre todo un trabajo de investigación y documentación riguroso de lo que fotografían que, entre otras muchas variaciones, termina siendo una propuesta de obra abierta, objetivada, para que los aficionados al arte y la historia le confieran un significado.
Comisariada por Nuria Enguita, directora de Bombas Gens Centre d’Art de Valencia, es una coproducción de tres instituciones que han reflejado en los últimos años un interés claro por la fotografía como son el referido centro de arte valenciano, el Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC) y el museo donde se presentó ayer, que contó con la presencia de Rafael Levenfeld, uno de los directores artísticos del Museo Universidad de Navarra, quien destacó la aportación fundamental de Bleda y Rosa dentro del arte contemporáneo del último cuarto de siglo. Por su parte, la comisaria subrayó que el trabajo de estos dos creadores es una relación constante entre el paisaje y el paso del tiempo y que aunque las obras expuestas, que pertenecen a seis series distintas, se articulan en torno a una de ella: Campos de batalla (1994-2017) vas viendo cómo se construye la memoria a lo largo de la historia.
En la misma línea ahondaron los dos artistas al explicar el título de la exposición, Geografía del tiempo, que «nos remite a dos ideas distintas: lo geográfico y el concepto de tiempo-historia» y explicaron que la exposición está formada por seis series, que han ido realizando en diferentes momentos de los últimos 25 años, desde la primera Campos de fútbol (1992-1995); la mencionada Campos de batalla; Origen. Un paseo por las teorías de la evolución humana (en proceso desde la que comenzaron en 2003); Memoriales (2005-2010); Prontuario (2012-2017) y Viaje a la Alhambra (2005), esta última después de haber estado participando en la iniciativa de la Universidad de Navarra, Tender Puentes.
Merece una mención especial el libro de artista trilingüe, editado por las tres instituciones que han coproducido la exposición, muy centrado en Campos de batalla, pero que también incluye menciones al resto de series expuestas, sin llegar a ser un catálogo que acompaña a la exposición, sino una propuesta editorial elegante, con dos tipos de papel y separatas con textos históricos y un ensayo de Liz Wells, titulado Historias sedimentarias:sobre el espacio y el lugar, que desentraña algunas de las claves del trabajo de Bleda y Rosa, además de una larga selección de imágenes de Campos de batalla.
El punto de partida son las dos salas que albergan la serie de fotografías Campos de batalla (1994-2017), que parten de una pintura que representaba el escenario de la batalla de Almansa que tuvo lugar en 1707. A partir de ese momento los dos artistas centraron su trabajo en el viaje a lugares en los que se produjeron sucesos bélicos, espacios que han quedado marcados por la Historia, pero que muchos años después han quedado reducidos a espacios vacíos, muchas veces olvidados, donde casi no se observan las huellas de los hechos narrados oficialmente como se ve en los dípticos fotográficos, primero en escenarios españoles como Bailén, Calatañazor, Covadonga, Mendaza, Navas de Tolosa, Numancia, Villalar, pero luego en Europa con Austerliz, el paso de las Termópilas, Lepanto, Waterloo y luego su prolongación a los territorios de Ultramar con un relato sobre el volcan Pichinha, el puente de Boyacá o los alrededores del parque de Yorktown. Un viaje de exploración por lugares cercanos en el tiempo y en el espacio pero también lejanos de nuestro entorno cultural o espacio común en Europa y América, siempre planteando fragmentos que estimulan la reflexión y apelan a los conocimientos, experiencias e historia de cada uno.
El recorrido continúa con las imágenes de la serie Prontuario, que se exhibe en vitrinas en el atrio, y que ha ocupado a Bleda y Rosa desde 2012 a 2017, en la que reflexionan sobre las revoluciones de los siglos XVIII y XIX, que dieron fin al Antiguo Régimen en Europa, llevando la semilla de la independencia a las naciones americanas. A su vez la serie de subdivide en dos partes: la Revolución y El continente y el viento. En la primera son fotografías pensadas y ordenadas metódicamente como si fueran los Episodios Nacionales de Galdós con ejemplos de los asedios de Gerona y Cádiz, las batallas de Vitoria y Trafalgar o el levantamiento popular de Madrid, mientras que en la segunda toman como inspiración las expediciones de conquista y de investigación científica que llevaron la Ilustración al continente americano.
La siguiente sala, dedicada a Campos de fútbol (1992-1995), reúne 18 fotografías en blanco y negro y en ellas ya está está presente lo fragmentario en esa forma de captar esos lugares cotidianos, asociados a la memoria de nuestra infancia y las de varias generaciones. Muchos de esos campos estaban situados a las afueras de ciudades y pueblos, que con el tiempo han sido abandonados, y en ellos todavía sigue latiendo la experiencia pero también la dejación. Hay una poesía inherente en ese modo de mostrar detalles en espacios que estuvieron habitados y que hoy forman parte de lugares donde habita el olvido.
En la cuarta serie, Origen. Un paseo por las teorías de la evolución humana (2003-), los artistas que recibieron el Premio Nacional de Fotografía en 2008 exhiben cinco fotografías panorámicas de Atapuerca, el valle de Neander, la mandíbula de Mauer o el hombre de Pekín, lugares que desvelan importantes hallazgos relacionados con lo más remoto de nuestro pasado como especie. En breve viajarán a Kenia para continuar mostrando geografías en las que se están produciendo descbrimientos.
Y en la quinta sala se exhibe la serie Memoriales, construida entre 2005 y 2010, referida a esa memoria no vivida, pero que a través de signos e iconos pretende, y casi siempre lo consigue, impregnar nuestra memoria colectiva, Por ello, Bleda y Rosa quieren proponer un modo más abierto de concebir la memoria real, a través de tres ciudades emblemáticas: Berlín, Jerusalén y Washington, no solo ciñéndose a lo conmemorativo, sino a esos rasgos que quedan en los vestigios urbanos, casi siempre fragmentados.
Y por último, su viaje a la Alhambra, un trabajo realizado tras participar en el programa Tender Puentes del Museo Universidad de Navarra, a partir del antiguo Fondo Fotográfico Universidad de Navarra, ya integrado en el Museo, y cuya investigación por fotografías históricas del siglo XIX en dicho archivo derivó en esa serie de fotografías que quieren nuevamente romper con el estereotipo y desmonumentalizar esta joya de la arquitectura nazarí, fijando su cámara en esos detalles que muchas veces olvidamos, sin reparar en espacios únicos que escapan a nuestra mirada. Julián H. Miranda