El otro triunfador de la licitación de los días 13 y 14 fue Ignacio Zuloaga
Aunque se esperaban en Abalarte las ya habituales buenas ventas para la pintura filipina, la realidad superó finalmente la mejor de las imaginaciones. Desde este espacio hemos hablado en los últimos meses varias veces de la potencia del mercado asiático en general y del filipino en particular, sediento de piezas que hablen de su historia y por las que están dispuestos a pagar cantidades verdaderamente desorbitadas para nuestra mentalidad, nuestra economía y, por supuesto, nuestro nivel de calidad.
La gran acuarela (61 x 75 cm; 47) del apenas conocido filipino Marcos Ortega tenía todas las condiciones para subir notablemente su precio, como ya comentamos en nuestro artículo de previos (leer). Cuatro escenas de Vista del Rosario, Plaza Binondo, Vista Catedral de Manila y Vista de Bahía en una acuarela cuyos personajes formaban la palabra Manuel Miramon -presumiblemente el mecenas que le encargó la obra-, se ofrecían por 12.000 euros, un precio razonable, incluso ligeramente atractivo para los probables 30.000/40.000 euros de su previsible remate. Pero las sucesivas pujas entre los compradores en sala y en los teléfonos, hicieron que se disparase nada menos que a 70.000 euros, adjudicados a un teléfono ante la desesperación del coleccionista en sala, que había acudido con la ilusión de hacerse con la acuarela. Récord mundial, y un precio final de 84.700 euros es el saldo final.
En línea similar, aunque muy inferior ya, el libro de 37 litografías con el Diario de Manila de Baltasar Giraudier (44 x 55 cm; 44) se vendió por la salida, 6.500 euros. En cambio, las acuarelas de Fernando Zóbel subieron ligeramente: de 1.800 a 2.250 euros las dos aguadas, Estudios para la disposición de masas y La viste en otoño (12 x 16 cm c/u; 53), y de 1.200 a 1.700 euros el Ensayo de estructura en torno al Recreo Peral (38 x 28 cm; 54).
El otro triunfador fue Ignacio Zuloaga. Un teléfono ofreció los 5.800 euros pedidos por Marinero, un buen dibujo a carboncillo y pastel realizado hacia 1930/40 (41 x 30 cm; 1111), quizá el mismo que pujó la salida, 27.000 euros, del Retrato de Carlos Beistegui, 1935 (O/L, 109 x 89 cm; 1112), el famoso coleccionista mexicano. Una cantidad que, en honor a la verdad, sabe a poco, dada su calidad y el personaje retratado, pero ya se sabe que interesa más al coleccionista medio el retrato de una atractiva y elegante dama que el de un personaje de sesenta años, por muy millonario que fuera y mucha pajarita que lleve… En cualquier caso, buena compra.
De Darío de Regoyos, su colorista tablita con Vista de Hendaya (18 x 24,5 cm; 140) partió de 8.000 euros para terminar en 12.000 euros, la misma cifra que se pedía por el lienzo de Eliseo Meifrén, Paisaje con figuras (64,5 x 90 cm; 130), y que un coleccionista en sala ofreció. Más sorpresa hubo, sin duda, por la puja por el recargado óleo de Gonzalo Bilbao, Jardín de un palacio francés (O/L, 70 x 100 cm; 1174), que pasó de 9.000 a 11.000 euros. Un teléfono ofreció 9.800 euros por Paisaje (O/L, 70 x 91,5 cm; 162) de Ginés Parra. Y por último, en este breve repaso, dos valencianos: de José Navarro Llorens, su Escena de zoco árabe, 1898 (O/L, 27 x 46 cm; 196), pasó de 5.000 a 6.000 euros, mientras la Escena de playa (O/L, 35 x 62 cm; 1117) de Julio Vila y Prades se adjudicó en sala a un coleccionista que llegó a los 6.500 euros.
En pintura antigua, destacó la venta por los 27.500 euros pedidos inicialmente del Paisaje fluvial con personajes (O/L, 190,5 x 320 cm; 1165) de Pieter Barbiers III, un tanto alejados ya de los 35.000 euros pedidos en mayo de 2011 por ella en Fernando Durán; atribuida en un primer momento a Jurriaen Andriessen, el Netherlands Institute for Art History lo calificó como realizado hacia 1800 por la mano del pintor de Amberes. De Escuela flamenca, del círculo de Rogier van der Weyden (primer tercio del siglo XVI), la tabla con la Piedad (68 x 52 cm; 182) lo adjudicó la mesa a una puja previa por la salida, 9.000 euros. Mucho más interés despertó, por cierto, el atractivo y poblado cobre con el Rapto de Europa (91 x 117 cm; 1169) del círculo de Hendrick van Balen; de los 3.000 euros iniciales se terminó en unos más que aceptables ya 8.500 euros; algo similar sucedió también con el lienzo del círculo de Guercino, cuyo San Francisco en oración (118 x 89 cm; 89), procedente del Marqués de Casas Torres y atribuido anteriormente a José Donoso, subió de 2.500 a 6.000 euros. Por último, otro cobre de otro pintor nacido en Amberes, Marco Antonio Garibaldo; su Martirio de san Bartolomé (87 x 113 cm; 1118) se vendió por la salida, 4.500 euros, también. Récord y buenas ventas. Buen verano. Daniel Díaz @Invertirenarte