Néstor Sanmiguel Diest: de la fábrica textil al Museo Reina Sofía
En La peripecia del autómata, la nueva exposición del Reina Sofía situada en el Palacio de Velázquez, se presentan 130 obras del pintor maño que recorren toda su carrera, desde los inicios en los años 80 hasta nuestros días, mostrando a un autor que siempre se ha reconocido en los márgenes del mundo del arte y cuyo empleo en una fábrica de ropa influyó en toda su producción.
Néstor Sanmiguel Diest define su trabajo como “el oficio de esquivar”, en referencia a su posición marginal con respecto a los cánones del mundo del arte, las modas y las corrientes predominantes de las que siempre se ha visto alejado. De hecho, la posición periférica del autor no se encuentra solo en lo que a discurso se refiere, sino también a los materiales que utiliza y a su proceso creativo (más parecido al del peón de fábrica que al del artista).
Durante más de dos décadas compaginó su faceta pictórica con su trabajo en la industria textil, donde fue patronista. Con 50 años, decidió renunciar a su empleo y dedicarse por entero a su producción artística. Sin embargo, todavía tuvo que esperar más de una década para conseguir reconocimiento, que le llegó cuando la galería Maisterravalvuena se hizo cargo de su obra y él ya tenía 63 años.
La forma de trabajar de Sanmiguel es metódica, estudiada al milímetro y heredada de su profesión como patronista en el taller textil de Aranda del Duero (Burgos). Por ejemplo, siempre organiza su labor en jornadas de ocho horas perfectamente planificadas, tal y como hacía en la fábrica.
Asimismo, posee protocolos, reglas y modos de proceder ya establecidos que utiliza para elaborar todas sus obras, concebidas como piezas de montaje en cadena a las que añade engranajes, troqueles, etc. El resultado son unas pinturas en las que, siempre desde el humor, hace referencia a ese mundo fabril al que ha dedicado su vida.
Junto a estas referencias al ámbito industrial, es fácil encontrar también objetos cotidianos como facturas, tickets, páginas de periódico o documentos, que a su vez conviven con referencias artísticas. Miró, Francis Picabia, grupos musicales como Joy Division o escritores como William Burroughs son algunos de los personajes a los que homenajea en sus piezas, en algunas ocasiones con referencias veladas, intuidas y fragmentadas (en otras, explícitas y literales).
Un ejemplo de esto último es Cuando se queden solos y un poco de lluvia, cuadro que forma parte del recorrido y que contiene escrito sobre su superficie un extenso fragmento de Libro para Manuel, de Julio Cortázar. Sanmiguel juega habitualmente con los límites entre pintura y texto, haciendo uso del collage y ejerciendo de «buscador de perlas». Precisamente este es el título que da a otra de sus obras; extraído de forma errónea de una cita de la filósofa Hannah Arendt, hace referencia a su afán por atesorar y ensamblar a los grandes artistas de la historia con la pintura y los objetos de la vida cotidiana.
Esta exposición podrá contemplarse en el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro hasta el 19 de septiembre. Además, se complementa con otra muestra dedicada al mismo autor que se inaugurará el 24 de junio en el Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco-Artium de Vitoria. Sofía Guardiola