Nadav Kander: «La gente sigue creyendo que la fotografía es solo un instante»
Nació en Tel Aviv, pasó parte de su infancia y adolescencia en Johannesburgo y desde la década de los 80 reside en Londres. Quizá su nombre les sea familiar porque ha fotografiado a personalidades tan relevantes como David Lynch, Colin Farrell, Rosamund Pike, Barack Obama, Emmanuel Macron o Boris Johnson. Sin embargo, debajo de su faceta más comercial, yace un artista sesudo, con profundas referencias filosóficas y preocupado por la dicotomía entre mostrar y decir.
Con motivo de su participación en las exposiciones Howard Greenberg Tambien, de la galería ibicenca Tambien, y Portrait(s) en la ciudad francesa de Vichy, entrevistamos a Nadav Kander, quien relata la historia detrás de su primera fotografía, cómo es su método de trabajo y los proyectos que ocupan ahora su tiempo.
*Me gustaría comenzar hablando sobre su método de trabajo. ¿Cómo aborda una fotografía?
*Creo que las imágenes de éxito que he tomado son aquellas en las que se siente que hay algo más además de lo que estás viendo. Walter Benjamin denomina a esto inconsciente óptico. Y él lo explica de una forma muy bella: se trata de algo aparentemente invisible, pero que se convierte en conocido. Cuando trabajo es esa sensación la que trato de evocar.
*¿Qué le interesa cuando hace retratos?
*Las condiciones humanas que son inherentes a todo ser humano, como la vulnerabilidad, el amor o el odio. Hay a quien le puede gustar mucho un retrato mío y otro no. Y la razón es que reconoce en esa toma algo que ha sentido antes. Así, cuando alguien dice: «Oh, realmente has captado a esa persona», en realidad, lo que está ocurriendo es que lo capté a él. Si lo piensas detenidamente, lo que he conseguido es que se dé cuenta de un aspecto de sí mismo.
*¿Cómo consigue que su cámara capture el alma humana?
*En realidad, no lo consigues. Nunca llegas a hacerlo, y eso está bien. Cuando te encuentras con una persona para una colaboración, influye mucho cuánto muestra de ella, cuánto muestras tú, cuánto le pides y cuánto está dispuesta a dar. Es un encuentro intrincado.
*Imagino que para cada uno de sus trabajos termina tomando cientos de fotografías…
*Todo lo contrario. Hago unas 10 o quizá 20. No voy de caza. La gente sigue creyendo que la fotografía es solo un instante, un momento en el tiempo. En mi caso, intento que cada una de mis imágenes se sienta como si fuera un lunes cualquiera, un martes o incluso que podría haberse tomado hace un año. No se trata de capturar un momento concreto.
*Varios de sus proyectos anteriores, como Dust, The Chernobyl Disaster o God’s Country transmiten una sensación de melancolía, nostalgia e incluso soledad. ¿Por qué estos temas son una constante?
*Porque tratan tanto de mí como de lo que estás mirando. En ocasiones incluso hablan más sobre mí que sobre lo que se ve. Creo que esa es la razón también por la que mi trabajo está cohesionado, aunque el tema esté oculto. Has mencionado God’s Country, donde muestro varios paisajes de América. Y también de retratos de personas. En cierto modo, hay un retrato en los paisajes y un paisaje en los retratos. Todo está interconectado. Y una de esas conexiones tan fuertes es la persona que hace las fotografías.
*Al mismo tiempo, muchas de sus imágenes están inundadas de una calma que despierta una cierta inquietud. ¿De dónde viene este estilo?
*La primera fotografía que hice fue a los 12 o 13 años y era un plano muy cerca de una mosca muerta en la junta de una ventana. Esa imagen tiene todos los principios del trabajo que todavía me gusta. La calma y el desconocimiento son probablemente lo más importante en él, pero no estoy seguro de dónde viene. También recuerdo un póster que tuve desde los diez hasta los 17 años más o menos. Un cuadro surrealista de una niña leyendo un libro, pero no hay palabras en las páginas y por la ventana hay un barco que está a punto de entrar en la habitación. Supongo que cuando las cosas son obvias no me interesan. Solo me intrigan cuando están encubiertas o son ligeramente extrañas.
*¿Es cierto que no hizo retratos hasta que cumplió 30 años?
*No del todo. Cuando vivía en Sudáfrica salía con la cámara a fotografiar a gente y esas imágenes están recogidas en una monografía. Pero sí que es verdad que empecé a trabajar con personas muy conocidas a partir de esa edad. Ciertamente, mi primer portfolio era sobre todo paisaje. Sin embargo, incluso si no mostraba seres humanos o lo concreto de nuestra existencia en los paisajes, trataba de manifestar que siempre había algo humano en ellos.
*¿En qué está trabajando ahora?
*Desde la pandemia de la COVID-19 he pasado mucho tiempo entre los más de 70.000 negativos que tenía, revisando de nuevo todo mi trabajo. He escaneado y seleccionado unas tres mil o cuatro mil de esas fotos desde 1990, probablemente, hasta 2012. Y en eso es en lo que he estado trabajando: en revaluar todo este material en conjunto para discutir los aspectos de los que hemos estado hablando. Una parte se está mostrando ahora en la exposición de Vichy. Nerea Méndez Pérez