METÁFORAS DE MURILLO Y UN DESCUBRIMIENTO
El Hospital de los Venerables de Sevilla, sede de la Fundación Focus, ha sido el escenario elegido para presentar el último libro de investigación de Benito Navarrete, profesor titular de la Universidad de Alcalá de Henares y uno de los comisarios del Año Murillo. En Murillo y las metáforas de la imagen (Ediciones Cátedra), el profesor universitario ofrece una visión innovadora de la producción artística del pintor barroco sevillano, ya que en ningún momento ha pretendido ser un catálogo de obras maestras del artista sino una aproximación subjetiva a través de un recorrido por sus obras, analizando la cultura visual y la percepción que de dichas obras ha quedado y queda entre el público interesado, desde el siglo XVII hasta el siglo XXI. Navarrete describe a Murillo como un pintor anacrónico pero con capacidad para crear imágenes potentes que han sabido trascender las circunstancias históricas en las que fueron realizadas.
La obra fue presentada, además de por el autor, por el profesor de Historia del Arte del Trinity College, Peter Cherry; por el arzobispo de Sevilla Juan José Asenjo; la directora general de la Fundación Focus, Anabel Morillo; y el alcalde Sevilla, Juan Espadas.
Peter Cherry destacó que el gran logro de Benito Navarrete es «haber propuesto un Murillo para el siglo XXI», pues «sobre la base de erudición y conocimiento tanto del artista y del medio sevillano, como de las fuentes y de la bibliografía tradicionales, el autor ha sabido dar una interpretación del pintor de acuerdo con las corrientes teóricas recientes más relevantes de nuestra disciplina, nunca antes aplicadas a Murillo», Anabel Morillo, por su parte, resaltó los nuevos enfoques metodológicos y el mundo de sensaciones y emociones que desprende su obra que ha sabido cultivar a los aficionados al arte a lo largo de varios siglos. Y por último, Juan Espadas, subrayó la excelencia de la obra que coincide con los objetivos y actividades que desean conmemorar en el cuarto centenario de Murillo, a través de las ocho exposiciones y numerosas actividades que tendrán lugar desde ahora y hasta comienzos de 2019.
El marco elegido para la presentación de esta obra innovadora no ha sido casual porque hay una relación muy estrecha entre Murillo, Sevilla y el Hospital de los Venerables, y no sólo por su relación con el impulsor del Hospital de loa Venerables y mecenas de Murillo, Justino de Neve sino también por ese conjunto de obras que fueron concebidas para que estuvieran en el Hospital como La Inmaculada de los Venerables y el San Pedro penitente de los Venerables, lienzo recuperado para Sevilla en 2014, después de dos siglos de exilio internacional.
Un descubrimiento muy relevante
Entre las conclusiones del libro podríamos destacar la concepción que el público tenía y tiene de la obra de Murillo, porque como sostiene el autor: «Murillo se encargó de gestionar su propia fama y lo hacía de forma premeditada», proyectando una imagen de bondad como estrategia y que quizá no tenía demasiado que ver con la realidad. Navarrete aporta algunos datos poco conocidos de la vida de Murillo, como por ejemplo, su estancia en prisión.
Sin embargo, hay en libro cuatro nuevas atribuciones a la paleta de Murillo: Retrato del Venerable Padre Contreras, de la colección municipal del ayuntamiento de Sevilla; Lágrimas de San Pedro; Sagrada Familia, ambas en colecciones particulares; y sobre todo, un extraordinario retrato de un mecenas de Murillo, anterior a Justino de Neve, el historiador de la ciudad Diego Ortiz de Zuñiga, conservado en una colección de Penrhyn Castle, al norte de Gales.
Esta última obra, descubierta por Benito Navarrete hace algunos meses, y donde el historiador tuvo la intuición de que esa obra al contemplarla había salido de la mano de Murillo y es un hallazgo para el barroco europeo. Actualmente este lienzo se exhibe en la Frick Collection de Nueva York hasta el 4 de febrero y luego viajará a la National Gallery de Londres, y forma parte de la colección de Baron Penrhyn, que reúne pinturas, muebles y libros.
Este retrato de Diego Ortiz de Zuñiga, que escribió un libro de historia sobre Sevilla, es de una gran elegancia como los retratos y autorretratos de Murillo. Vestido de negro con las insignias de la Orden de Santiago se encuentra dentro de un marco de piedra apoyado sobre dos querubines. Posee como los dos autorretratos del propio pintor una atmósfera majestuosa, que el propio pintor sabía conferir a sus personajes retratos e incluso al mismo.
- Jonathan Brown publicará una crítica del libro en el número 37 de ARS Magazine, que estará disponible a comienzos de diciembre en librerías especializadas