MEMORIA Y OLVIDO DE LOUISE BOURGEOIS

MEMORIA Y OLVIDO DE LOUISE BOURGEOIS

Celda (La última subida) [Cell (The Last Climb)], 2008 Acero, vidrio, goma, hilo y madera 384,8 x 400,1 x 299,7 cm Collection National Gallery of Canada, Ottawa.

MEMORIA Y OLVIDO DE LOUISE BOURGEOIS

El Museo Guggenheim de Bilbao presenta Estructuras de la existencia: las Celdas, una exposición organizada en colaboración con Haus der Kunst (Múnich) y patrocinada por la Fundación BBVA.

“Tienes que contar tu historia y después olvidarla. Olvidas y perdonas. Eso te libera”, afirmó la artista en una ocasión. Obsesionada por su pasado y por una infancia traumática, Bourgeois buscó en la escultura el poder sanador del arte y creó espacios propios donde refugiarse de la angustia, el miedo, el dolor y la ansiedad. Ese microcosmos particular se recrea ahora en el Guggenheim a través de 28 instalaciones que pertenecen a su serie Celdas.

Elementos encontrados como muebles, ventanas, sillas, puertas o contenedores industriales le sirven a la artista para construir un entorno arquitectónico y escenográfico cargado de memoria y recuerdos. La casa de sus padres, el primer taller que tuvo en una fábrica textil o la escalera de caracol de su estudio de Brooklyn están presentes en estas macrocomposiciones, junto a decenas de objetos que pertenecen a la esfera privada (como sus botes de perfume Shalimar o el caballo de cristal que le regaló Le Corbusier). Todo un legado físico y emocional que Bourgeois comparte con el espectador, que por momentos siente la tentación de ‘entrar’ en las instalaciones y percibir toda la carga emocional que llevan consigo (hubo  un momento en que las puertas de las celdas estuvieron abiertas, pero ahora se han cerrado por razones de conservación.

Celda XXVI (Cell XXVI), 2003 (detalle) Acero, tela, aluminio, acero inoxidable y madera 252,7 x 434,3 x 304,8 cm Collection Gemeentemuseum Den Haag, La Haya, Países Bajos

Numeradas con símbolos romanos, las primeras seis Celdas se reúnen nuevamente tras 25 años, cuando fueron expuestas en el Carnegie International de Pittsburgh (1991). Fue entonces cuando surgió el término “celda”, que en inglés puede referirse a la cell individual de una cárcel o monasterio, o bien a la célula biológica de un organismo. Bourgeois comenzó a crearlas en 1986, siendo ya septuagenaria, y llegó a sumar hasta 55 instalaciones. Una veintena de ellas se reparte por la segunda planta del museo –la mayor cantidad reunida hasta la fecha– para tejer, como sus célebres arañas, las estructuras de una existencia atormentada.

La exposición itinerante recala así en Bilbao, tras su paso por Múnich y Moscú (acabará su periplo en Humlebaek). En la primera sala, el secretismo y el sufrimiento físico y psicológico dominan las piezas, así como un particular interés por la histeria hacia el hombre masculino, representado con el arqueamiento de espalda en las figuras. En la siguiente estancia, destaca Celda Choisy, una réplica de la casa de su infancia; el mármol rosa de las estructuras evoca la carne, mientras la guillotina que cuelga sobre ella representa el pasado que es amputado por el presente.

Celda VI (Cell VI), 1991 Madera pintada y metal 160 x 114,3 x 114,3 cm Cortesía Hauser & Wirth and Cheim & Read.

En las diferentes esculturas llamadas Guarida, el espacio es sugerido y solo parcialmente visible, un aspecto que está en consonancia con los títulos de dichas obras. En otra de las salas, encontramos una de sus icónicas arañas (formas que suele concebir como una oda a su madre). En la sala 202 destaca Spiral Woman (1984), un autorretrato que simboliza la confrontación con el yo que todos experimentamos. Su estado de suspensión representa la fragilidad y la vulnerabilidad. La forma espiral fascinaba a la artista, ya que le ofrecía la posibilidad de girar en dos direcciones: hacia el interior –hasta el punto de desaparecer– y hacia el exterior (hasta el infinito). Finalmente, con The Destruction of the Father (1974), la autora presenta un acto de venganza ficticio: una noche, sentados a la mesa, la madre y los hijos vencen al padre y lo destruyen en un acto de canibalismo. Esta obra refleja la conflictiva relación que Bourgeois tuvo con su padre desde su infancia.

Esta muestra revela el  interés de la escultora por la arquitectura y el cuerpo, las emociones y la memoria, lo consciente y el inconsciente, lo simbólico y lo real. Un recorrido plagado de dualidades que atrapa al visitante, convertido en voyeur improvisado. Celdas bourgeoisianas, ¿cárcel o guarida? Decidan ustedes mismos.

Louise Bourgeois. Estructuras de la existencia: las Celdas podrá verse hasta el 4 de septiembre. Ana Robledano Soldevilla y Sol G. Moreno. @ARobledano @solgmoreno

Celda (La última subida) [Cell (The Last Climb)], 2008 Acero, vidrio, goma, hilo y madera 384,8 x 400,1 x 299,7 cm Collection National Gallery of Canada, Ottawa
Celda (Choisy) [Cell (Choisy)], 1990-93 Mármol, metal y vidrio 306,1 x 170,2 x 241,3 cm Collection Glenstone
Louise Bourgeois dentro de Guarida Articulada (Articualted Lair) (Col.: MoMA, Nueva York) en 1986.