Buenas ventas en arte español contemporáneo donde destacaron el Broto y los grabados de Warhol y Lichtenstein
La cita de ayer de Segre era, como comentamos en nuestro artículo de previos (leer), muy atractiva. Con algunos lotes de pintura antigua, varios paisajes del siglo XIX y una abundante oferta de españoles del siglo XX, y de obra gráfica americana. Y, vistos los resultados, fue muy bien.
A pesar del claro guión previsto, la sorpresa llegó. Y apareció como suele suceder en las subastas españolas: en pintura antigua. En este caso, cuatro o cinco teléfonos estaban interesados en María Magdalena (O/L, 105 x 83 cm; lote 49) que la casa atribuía a Mattia Preti (1613-1699), basándose en la catalogación y datación que había propuesta Nicola Spinosa: entre 1653 y 1661, momento en el que el pintor abandona Nápoles y viaja a La Valetta. Los 3.000 euros de la salida pronto quedaron más que superados por las pujas al teléfono y en sala, hasta rematarse nada menos que por 48.000 euros, un precio mucho más acorde con sus ventas internacionales como los 62,5000 USD (55.900 euros) pagados en Sotheby’s Nueva York en junio pasado por Erminia, Princess of Antioch (O/L, 98 x 73 cm) o, proporcionalmente, las 16,250 GBP (22.572 euros) ofrecidas por San Andrés, boceto (O/L, 35,5 x 24,7 cm) en Christie’s Londres en diciembre pasado, pero lejos aún de los 187.800 euros finales por El retorno del hijo pródigo (O/L, 124 x 104 cm) de marzo de 2015 de Artcurial.
Sigamos. En el apartado extranjero, dos ventas: Santo Tomás de Aquino, Doctor Angélico (O/L, 61,5 x 50 cm; 37), del mexicano Miguel Cabrera, subió de 5.000 a 8.000 euros, mientras la pequeña tabla con El sueño de José (28 x 39 cm; 33), atribuida a Carlos Francesco Nuvolone se vendía a un teléfono por 4.800 euros. En lo referente a nuestros barrocos, un mismo coleccionista compró dos obras interesantes: la Anunciación (pareja de O/L, firmados, 77 x 54,5 cm; 29) de Alonso del Arco por la salida, 4.000 euros, y San Juan Bautista (O/L, 132,8 x 96,5 cm; 48) de Pedro Núñez de Villavicencio, por 7.000 euros, un par de pujas por encima de la salida.
En los paisajes del siglo XIX, variedad. Decepción por las tablitas de Jaime Morera, Marina (20 x 32 cm; 24-A) y, en menor medida, Marina (20 x 38 cm; 63-A), que no encontraron comprador por 1.800 euros c/u; sorpresa, porque no subió el buen lienzo de Francisco Llorens, Valle de Barcia, Carral (Valle Esmeralda) (O/L, 60 x 94 cm; 24) vendido por los apenas 4.000 euros de la salida; y confirmación de la calidad de Picos de Europa (O/L, 35 x 43 cm; 63-A) de Carlos de Haes, que subió de 2.500 a 7.000 euros.
Y llegamos al siglo XX, donde las buenas ventas se hicieron más frecuentes y altas. Una de las primeras ventas fue el atractivo y trabajado gouache Sin título, 1961 (40,5 x 55 cm; 117) de Equipo 57; pieza especial, portada de catálogo, al pasar de 5.500 a 10.000 euros, tras intensa lucha entre dos pujadores telefónicos, fue como un prólogo de lo que ocurriría posteriormente en la subasta.
La segunda gran venta de la tarde venía de la mano de Juan Barjola; su potente pero más amable de lo habitual Ambiente rojo, 1971 (O/L, 92 x 73 cm; 126), sólo fue pujado por un coleccionista, que dejó su puja escrita por los 22.000 euros de la salida, y en eso se adjudicó. Importante fueron las ventas, también la salida, de dos piezas: 18.000 euros por Les èchos V, 1995 (A/L, 200 x 200 cm; 199) de José Manuel Broto, y 11.500 euros por Flor, 1990 (O/L, 50 x 65 cm; 189) de Joan Hernández Pijoán; importes elevados para los tiempos que corren y las ventas habituales de estos autores, sin duda.
¿Objeto? Gris, 1987 (A/lino, 104 x 90 cm; 148), de Luis Gordillo, salía por un precio más atractivo, 9.500 euros; dado el tamaño, el año y la temática, no fue extraño que dos coleccionistas pujasen por ella hasta cerrar la cifra en 11.000 euros. De hecho, su papel Erótico, 1977 (gouache, tinta y rotuladores, 30,5 x 43 cm; 142), con mucha calidad, se vendió también, por los 1.800 euros de la salida (en este sentido, conviene citar también la venta por 1.900 euros del papel de Manuel Rivera, Estela 15, 1969 (tinta, 42,5 x 30 cm; 135).
Varias ventas más, adjudicadas por el precio de salida. Por 8.000 euros se vendieron Incandescencia, 1993/4 (A/L, 100 x 100 cm; 151), de Albert Ráfols-Casamada, y Composición, 1978 (O y collage de lienzos/L, 116,5 x 89 cm; 128), de Rafael Canogar. Y nada menos que por 5.500 euros, Sin título, 2003 (O/lino encerado, díptico, 86,5 x 124,5 cm; 203), de Antonio Murado. Y por 4.500 euros, un exquisito Preludio nº 45, 1995 (A y day glo/L, 100 x 100 cm; 211) en verdes, de clara ascendencia albersiana, de José María Yturralde. Otras dos adjudicaciones importantes. Par les Parfums les Hytéries, 2007 (182 x 137 x 12,5 cm; 209), un violento pero delicado trabajo de escayola y cristal sobre tabla de la premiada Carmen Calvo, pasó de 8.500 a 9.500 euros. Y la gran venta en fotografía: el impresionante Aparcamiento rojo, 2008 (fotografía, 2/3 (+1PA), 124 x 297,4 cm; 210), de José Manuel Ballester, por los 9.000 euros de la salida
Y acabamos con la gráfica, donde hubo tres ventas destacadas. 13.000 euros se dieron por The cow II, 1976 (serigrafía sobre papel de empapelar para las paredes del Modern Art Pavillion Seatle Centre; 100 ejemplares, 115 x 75 cm; 153), de Andy Warhol, firmada y dedicada en 1979. Y las dos piezas de Roy Lichtenstein: Still life with portrait, 1974 (litografía y serigrafía, AP 5/14, 120,5 x 96 cm; 168) subió de 8.200 a 12.000 euros, como prueba del interés de su lenguaje típico; en cambio, su mejor Reflections on Brushstrokes, 1990 (AP 11/16, 145 x 180,3 cm; 177), una mezcla de técnicas de grabado de mucha calidad pero en un lenguaje más abstracto y menos reconocible por el gran público, se adjudicó en la salida, 11.500 euros.
Al final, la atractiva oferta trajo una factura que ronda los 425.000 euros. Daniel Díaz @Invertirenarte